Thread by @Galieno_Augusto

A veces nos preguntamos si la #RenovatioImperii, fue un plan organizado por un tradicionalista de habla latina de Illyricum, ansioso por recuperar la gloria del Imperio, o todo fue fruto de astutas maniobras diplomáticas & militares. Hilo va damas y caballeros⬇⬇⬇ #Historia

La Reconquista occidental, generalmente se considerada un capítulo fundamental del reinado de Justiniano. Después de los éxitos iniciales de ocupar África y Sicilia entre 533-35, parece que Justiniano estaba buscando más ganancias en Italia. Observamos algún susurro de un plan

para reconquistar el oeste romano, en forma de declaraciones grandilocuentes por parte de Justiniano. Como resultado, estudios recientes han sido escépticos de la existencia de un plan o han refutado firmemente su existencia.

Entonces, ¿hubo un plan, y si no lo hubo, cómo la expansión occidental se convirtió en una característica fundamental de la política de Justiniano?

La cronología de la propaganda de Justiniano nunca ha estado en duda. Se ha pensado que llegó al trono con un plan para reconquistar los territorios occidentales, que, tan pronto como se pudo hacer la paz con Persia, estaba decidido a ponerlo en acción.

Todo indica que este no fue el caso. La clave la encontramos en las acciones diplomáticas de Justino y Justiniano que provocaron deliberadamente una guerra con Persia a mediados de los años 20 del siglo VI, cuando existía claramente la oportunidad de reafirmar, incluso fortalecer

la cooperación pacífica establecida hace tiempo. Esto se produjo durante el reinado de Justino, en un momento en que la influencia de Justiniano era grande. De hecho, Hydatius, sobrino del emperador Anastasio, y antiguo Magister Militum en Oriente era partidario de una política

conciliadora con Persia, por tanto una postura agresiva en Oriente se utilizo como un medio para consolidar el poder de Justino y Justiniano. Si Justiniano hubiera querido dedicar sus energías a la #RenovatioImperii, podría haber dejado de lado las provocaciones lanzadas 🆚

Persia. En realidad, la política de expansión occidental surgió solo lentamente y en circunstancias altamente, imprevisibles. La primera de estas conquistas, la del reino vándalo, se desencadenó por una secuencia impredecible de eventos que eran internos al reino de los vándalos

y fuera del control de Constantinopla. Los reyes vándalos perseguían periódicamente a los católicos de su reino. El rey Hilderic cuando en mayo de 523, accedió al trono inicio una nueva era de paz religiosa. Suspendiendo toda persecución, permitió que la Iglesia Católica del

Norte de África funcionara sin impedimentos. Su nueva política religiosa fue parte de una importante realineación del reino vándalo, lejos de la hegemonía del reino ostrogodo y hacia una alianza con Constantinopla. En los límites del reino vándalo los bereberes habían ido

creciendo en tamaño, organización y efectividad militar. En 529/30 infligieron una serie de derrotas a los vándalos en la provincia de Byzacena. Esto fue suficiente para desencadenar un golpe de estado dirigido por Gelimer, primo de Hilderic. Gelimer se apoderó del trono el

19 de mayo de 530 y tomó el control total del reino, no solo purgando a los partidarios de Hilderic, sino también invirtiendo algunas de sus políticas pro católicas. Hilderic había sido un leal aliado de Justiniano, pero cuando llegaron las noticias a fines de 530 de su

derrocamiento, el emperador todavía tenía la esperanza de un buen resultado para su guerra persa. La batalla de Callinicum estaba en el futuro. Por lo tanto, el emperador se contentó con un par de rígidos mensajes diplomáticos, uno a Gelimer emitiendo su desaprobación y el otro

al rey ostrogodo, Athalaric, aconsejandoleque no reconociera al nuevo rey vándalo. Solo dos años después, en el verano de 532 (es importante mantener clara la cronología), Justiniano comenzó a mostrar el más mínimo interés en hacer algo más que escribir unas pocas cartas.

Para entonces, dos acontecimientos habían revolucionado el contexto político. La revuelta de Nika había dejando el prestigio del régimen de Justiniano tirado en un montón de escombros humeantes en el corazón de su capital imperial. La sensación de desastre que prevalecía también

se había visto reforzada por los términos de la llamada Paz Eterna, que en la primavera de 532 finalmente puso fin a la primera guerra persa de Justiniano, poco después del motín. Khavad había muerto en 533. El nuevo rey, Chosroes, estaba interesado en la paz para poder

concentrarse en establecer su gobierno frente a una considerable oposición. Esto detuvo las operaciones ofensivas persas. Las fortalezas capturadas fueron devueltas, y el emperador aceptó pagar una indemnización anual, supuestamente a cambio de la defensa persa del Cáucaso, que

posiblemente protegía a ambos imperios de las incursiones de nómadas. En la primavera de 532, recuperándose del motín de Nika y de la paz con Persia, Justiniano necesitaba un éxito político, y fue esto lo que finalmente le llevó a una intervención militar en África. La expedición

navegó solo a principios del verano de 533, pero dado el tiempo que llevó acumular comida, forraje y hombres, los preparativos, debían estar en marcha en 532. Tanto los bucellarii de Belisario como algunos de los foederatii herulianos (aunque no el propio Mundus), que asaltaron

el Hipódromo en febrero de 532, finalmente navegaron con la expedición, por lo que su presencia en las inmediaciones de la capital a fines del invierno de 532 podría ser un signo temprano de los primeros preparativos. El régimen ostrogodo en Italia también proporcionaría a la

expedición un apoyo logístico crucial una vez que la flota hubiera llegado a Sicilia; esto, también, requería una negociación cuidadosa de antemano. Las fuentes informan que el emperador dudaba mucho en autorizar la expedición. Tenía excelentes razones para ser así.

El Desembarcó de una gran fuerza militar en una orilla hostil es una de las operaciones militares más peligrosas que existen, y desde que los vándalos capturaron Cartago en 439, hubo tres intentos romanos serios para recuperar las provincias perdidas del norte de África.

Terminando todo en desastre. Los asuntos religiosos, tampoco no lograron el éxito que tanto necesitaba, y el emperador se quedó contemplando, una vez más, si tomar o no la opción africana.
Según Procopio, la inspiración divina finalmente resolvió el dilema. Dios le dijo a

Justiniano que lanzara el ataque en un sueño. El emperador pudo haber tenido un sueño, pero otro conjunto de eventos lo ayudó a provocar el ataque. Durante el otoño e invierno de 532/3, dos importantes noticias llegaron a Constantinopla. Primero, en el extremo oriental del reino

vándalo, estalló una revuelta contra el gobierno de Gelimer en Tripolitania (Libia moderna) liderada por un notable local llamado Pudentius. Solicitó de inmediato que Tripolitania fuera devuelta bajo el gobierno directo del Oriente romano. Una segunda revuelta dentro del reino

vándalo llevó a la expedición africana a lo más alto de la agenda imperial. Esta vez Godas, el gobernador de la isla de Cerdeña, declaró su independencia y, nuevamente, escribió a Constantinopla pidiendo apoyo. Este mensaje, que también llegó en el otoño / invierno de 532/3, fue

suficiente para que Justiniano finalmente se decidiera por la ocupación de 🌍. Con dos revueltas convulsionando el reino de Gelimer, había más posibilidades de éxito. Los preparativos para una fuerza expedicionaria se completaron en la primavera y principios del verano de 533, .

con una flota de casi seiscientos barcos reunidos en las tranquilas aguas del Bósforo y el Cuerno de Oro. Bajo el mando de Belisario, abandonó Constantinopla a mediados de junio y avanzó lentamente hacia la costa oriental de Italia y luego a Sicilia, donde anclo.

Gelimer no estaba preparado para la invasión. La flota vándala y siete mil de sus mejores soldados acababan de ser enviados a Cerdeña para sofocar la revuelta de Godas. Fue en este preciso momento, que finalmente nació la política de conquista occidental de Justiniano. Como

Procopio nos dice, fue escuchar que la flota vándala estaba en otra parte que Belisario tomó la decisión de dirigirse directamente al corazón del reino de Gelimer. Esto deja claro que Belisario había dejado a Constantinopla con órdenes claras de parte de Justiniano y sus

asesores, de que actuará rápidamente aprovechando la guerra civil en el Reino vándalo. Las órdenes de Justiniano deben haber establecido varias opciones, desde las menos ambiciosas hasta las más ambiciosas, según lo que Belisario haya encontrado realmente. La expedición era

grande, con un total de unos dieciséis mil soldados. Así que una de las opciones era desembarcar en algún lugar del norte de África y emprender la conquista del reino. Pero el depuesto Hilderic todavía estaba vivo, y al ocupar en el norte de África, Belisario inmediatamente

declaró que sus fuerzas estaban allí para poner al legítimo gobernante vándalo de nuevo en su trono. El reino vándalo no era la única opción posible. Si la situación militar parecía menos prometedora, y la flota vándala estaba armada y esperando, como lo había hecho en 468, los

barcos de Belisario podrían alternativamente navegar a Tripolitania, y asegurar, como mínimo, esa provincia, y confirmar al menos algún tipo de 'victoria' para que la propaganda de Justiniano lo celebre. La oportunidad de perseguir la opción más ambiciosa que se había discutido

exhaustivamente en Constantinopla antes de la partida de la flota, estaba ahora en bandeja. Frente a los giros y revueltas del reinado de Justiniano, la política de conquista occidental resultó no haber sido un plan organizado de un visionario romántico, sino otro tipo de

fenómeno, uno mucho más conocido por los historiadores: el aventuras militares en el extranjero como recurso desesperado, parte enmendar unas malas políticas. Nika y la paz con los persas habían puesto en grave peligro al régimen naciente de Justiniano. A medida que se

desarrollaban factores a su alrededor, el emperador y sus asesores eventualmente decidieron, que vengar a su antiguo aliado vándalo Hilderic ofrecía los mejores medios disponibles para restablecer la posición del régimen.

Ahora era tarea de Belisario poner la política en práctica en el campo de batalla. Y hasta hemos llegado, espero que os haya gustado.