Juana hablaba con soltura las lenguas romances del momento, griego y latín, tañía el laúd, bailaba con mucho salero y era una excelente amazona.
Por ello, no educaron a Juana para ser reina, sino para ser esposa.
La rigidez de su entorno, la estricta austeridad y religiosidad impuestas por la reina Isabel, provocaban en Juana cabreos bastante frecuentes y sonados.
Durante el viaje la carraca encalla y pierde todo su equipaje (ropas y joyas), teniéndose que presentar en Holanda con lo puesto.
Se puede empezar mejor???
Se quedó la muchacha un poco chafada, más al ver que el fulano no aparecía ni tenía intención de hacerlo.
El calentón fue tal nada más verse que obligaron al párroco a casarles esa misma tarde para poder consumar el matrimonio (GIF aquí)
Dos días más tarde se celebró la ceremonia oficial en la iglesia de San Gomaro
Como buena esposa educada en la sumisión a su marido, se adaptó a esa forma de vida; aunque Felipe perdió el interés en su mujer a los pocos meses y se dedicó a polinizar Flandes como si no costara.
Mientras, en Castilla fallecían de forma inesperada su hermano Juan (heredero al trono), su hermana Isabel y su sobrino Miguel. La línea sucesoria quedaba extrañamente despejada para Juana...
Por el camino, Juana deja patente su orgullo como infanta castellana al atravesar Francia. Felipe jura vasallaje al rey francés pero Juana no reconoce tal subordinación de Castilla (OLÉ AHÍ!!!!)
Y es que Flandes adoraba al archienemigo de Castilla, Francia...
Así que decide tenerlos cerca para echar un ojo a lo que va pasando.
Isabel la convence de que iniciar el viaje a Flandes es arriesgado en su estado, pensando que Felipe no se irá sin ella...
Nace el bebé (Fernando) en Castilla e Isabel se queda sin argumentos para retener a Juana.
Estando Juana en el castillo de la Mota, se entera por Beatriz de Bobadilla (la Latina, la del barrio de Madrid de los peces en el río) de que su madre Isabel quiere que no vuelva a Flandes para ser una digna reina castellana.
Isabel se entera y da orden de que se cierren las puertas del castillo y no permitan salir a Juana hasta que ella llegue…
Se masca la tragedia!!!!
Imaginad los comentarios de los criados, esta mujer está para el tinte...
Llegó Isabel y estuvieron las dos en La Mota durante varios días, se escuchaban los gritos desde Benidorm…
Al final, cedió y dejó que Juana se fuera a Flandes con el marido.
Y es que si siendo normal te toca un mal yerno o una mala nuera y ya la hemos liado, imagina si encima eres la reina de Castilla...
ATPC el Habsburgo!
Decide utilizar de nuevo el único recurso que tiene, su cuerpo, y escapa del castillo de Benavente y se refugia en una casa de pueblo.
Pero Felipe no sabe lo que es Burgos y coge frío, enferma y muere (siempre se sospechó que su suegro Fernando le hubiera envenenado).

No, ella dejó claro que meter a cientos de soldados varones en un monasterio solo de mujeres podría haber sido una mala idea.
Echan el ancla en Arcos durante casi un año donde Juana vuelve a ser presionada: los enemigos de Fernando la visitan y agobian, delegados europeos la acosan con ofertas de matrimonio…
Loca? No! Lista!
Deposita el féretro en el monasterio de las clarisas (vaya, con mujeres!) y a los 29 años entra voluntariamente en su retiro...
Su suegro Maximiliano muere también pero la obligan a escribirle cartas semanales durante meses para mantener el engaño de que todo sigue igual…
Fuera, Carlos promete gobernar junto a su madre como reina legítima y se proclama rey de Castilla y Aragón, pero se ocupa de que Juana siga en la parra, aislada.
Se entera de que su padre lleva años muerto, su suegro, que su hijo se ha proclamado rey y va a ser nombrado emperador…
De nuevo, Juana se mantiene fiel a su hijo y no firma la sublevación comunera.
Ya no le permiten salir de sus habitaciones ni para ir a misa. No sale de la cama, no come, no lee, nadie la visita ya. Pierde la noción del tiempo.
Juana I de Castilla, la reina loca. Juana I de Castilla, la reina engañada por su marido, su padre y su hijo.