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Desde hace algún tiempo he visto, con alarma, una tendencia entre venezolanos en redes sociales a despreciar y a denigrar la ciencia política y sus estudiosos. Por estos días ese fenómeno ha llegado a niveles abismalmente ridículos.
El detonante de la tormenta digital fue un par de opiniones de @MaryhenJimenez. A saber, que el régimen chavista no es un narcoestado ni una tiranía. En ambos casos, la autora presentó sus argumentos, que se pueden discutir, respaldados con material bibliográfico.
Para quienes pueda interesar este debate teórico, compartiré un par de hilos. Sobre Venezuela y los narcoestados, vuelvo a recomendar este de @SequeraUC. Su claridad es meridiana.
En cuanto al concepto de tiranía y su aplicación a Venezuela, les dejo el intercambio de opiniones que tuve con @MaryhenJimenez.
Volviendo al problema inicial, más allá de los argumentos de Maryhen que molestaron a unos cuantos, existe un consenso, o cuasi consenso, entre politólogos venezolanos (y extranjeros interesados en Venezuela) en torno a la siguiente premisa:
La salida más probable a la grave crisis que atraviesa Venezuela involucrará algún tipo de transición democrática negociada entre el régimen y la oposición. En cambio, una salida no negociada que implique el uso de la fuerza armada extranjera es improbable (pero no imposible).
Como se sabe, una parte de la oposición venezolana rechaza cualquier negociación con el régimen e insiste en la necesidad de una intervención extranjera directa. Naturalmente, el referido consenso entre politólogos no es de su agrado.
Este sector opositor, que por cierto incluye a unos pocos politólogos, tiene todo el derecho a presentar sus argumentos y no debe ser censurado. El problema es que algunos de sus miembros pretenden rebatir el consenso descalificando y excluyendo la ciencia política en sí misma.
Lo hacen por lo general de dos formas. La primera consiste en señalar que la naturaleza del régimen es delictiva y no política, por lo que no corresponde a politólogos hacer diagnósticos al respecto y plantear posibles soluciones.
Esto es un error que se ha indicado varias veces. Lo criminal existe pero no elimina el componente político. Por ello, la ciencia política cuenta con abundante material sobre regímenes políticos delictivos. Más detalles sobre eso aquí:
Mucho más grave es la otra forma de desacreditar la ciencia política. Consiste en acusar a los politólogos venezolanos de estar "corrompidos por intereses partidistas de la falsa oposición" (es decir, la MUD/FA y todo aquello que no opte exclusivamente por salidas no negociadas).
Según este disparate, el gremio se dedica sistemáticamente a manipular la opinión pública para que acepte sin chistar los repetidos diálogos fracasados entre el régimen y la oposición, para que el chavismo gobierne para siempre.
Obviemos por un momento la total falta de pruebas que respalden este señalamiento (e.g. politólogos en nóminas de partidos). Volvamos a la premisa consensuada: la salida más probable será una negociación entre el régimen y la oposición.
Según los inquisidores, cada vez que un politólogo dice esto, está justificando las negociaciones pasadas y cualquiera por venir. Falso. Porque el éxito de una negociación está ligado a sus circunstancias y cualquier estudio serio toma estas en cuenta.
Así que es posible, y de hecho ocurre, señalar que la salida más probable será negociada y al mismo tiempo advertir que una negociación específica (la de Noruega y Barbados, por ejemplo) no tendrá éxito porque las circunstancias no son propicias.
Debo decir que estas acusaciones contra politólogos son características de algunas personas que ven intereses oscuros y conspiraciones en todo aquello que no se acople a sus opiniones. Se creen dueños de una verdad de la que solo se puede disentir por motivos turbios.
Pero además me parece una muestra de un problema mucho más amplio, que no se limita a Venezuela y su crisis. Hay una corriente global alarmante de repudio al pensamiento científico y académico (el escepticismo sobre el calentamiento global, el rechazo a las vacunas, etc.).
Las redes sociales, por un efecto indeseado de la democratización de las comunicaciones, son el vehículo para una demagogia que pretende abolir el mérito intelectual, tema que evalúo en este artículo. alephdealejandro.home.blog/2019/07/10/la-…
Los politólogos venezolanos no somos infalibles en su campo de estudio. Tampoco tienen el monopolio sobre el análisis de la crisis venezolana y sus posibles soluciones.
Este debe ser un esfuerzo multidisciplinario que incluya a expertos en Derecho Internacional, especialistas en el movimiento de fondos de origen sucio, criminólogos y expertos en el combate a insurgentes armados como el ELN.
De lo que no me queda ninguna duda es que el grueso de los politólogos venezolanos es gente decente que solo busca aplicar sus conocimientos para contribuir a sacar el país de esta tragedia. Así que piénselo dos veces antes de estallar en ofensas y acusaciones contra ellos.
