Thread by @AAAD25

Hilo:

Me da mucha tristeza ver que la detestable guerra entre sectores opositores haya permeado el periodismo venezolano y que ahora haya en tal sentido acusaciones de periodismo militante a diestra y siniestra. Diré algunas cosas que creo sobre la ética del oficio.

Advierto que estas consideraciones no van dirigidas a ningún medio en específico. No estoy de humor para eso. Quienes lean el hilo pueden juzgar por cuenta propia cuáles medios hacen lo correcto y cuáles no.

Comienzo con los medios como empresas. Es perfectamente normal que estén alineados con una corriente de opinión política. Eso no tiene nada de malo. Por lo general esa alineación refleja las inclinaciones de los dueños y gerentes del medio.

Idealmente (y esto es algo en lo que muchos medios venezolanos no son transparentes), cada empresa comunicacional tiene un documento teleólogico en el cual el público puede consultar los valores que el medio defiende y saber a qué atenerse. Línea editorial clara.

Adicionalmente, cada medio puede emitir un editorial en el que colectivamente manifiesta su posición ante un asunto específico. En este texto se le puede dar rienda suelta a las opiniones de quienes integran el medio. En Venezuela, son célebres los editoriales de @ElNacionalWeb.

Todo bien hasta ahora. Lo que a mi juicio no debe ocurrir es que los contenidos editoriales e informativos se mezclen. Ambos deben permanecer separados, en secciones aparte y claramente identificadas para que el lector o la audiencia no las confunda.

En EE.UU. es bien sabido que la junta editorial de @WSJ está alineada con la derecha local, lo cual se ve reflejado en las páginas editoriales del periódico. Eso no quiere decir que los contenidos informativos, el trabajo puramente periodístico, tiendan hacia ese lado.

Como he dicho antes, en la cobertura informativa no hay objetividad perfecta. Los periodistas no son máquinas e inevitablemente una parte de su subjetividad tendrá un papel cuando elijan que temas tratar y cómo aproximarse a ellos.

Aunque la objetividad perfecta sea imposible, el periodista aún así debe hacer un esfuerzo por acercarse lo más que pueda a ella. Es en este aspecto que el balance es importante y que se debe al menos intentar consultar a todas las partes involucradas, sobre todo si hay polémica.

Parte de ser lo más objetivo posible es mantener a raya las opiniones personales en la cobertura informativa. Insisto: las posiciones editoriales no deben penetrar el acto de reportar.

Un periodista puede tener una columna de opinión en el medio para el cual trabaja. En dicho espacio es libre de verter sus posiciones personales. Normalmente, mas no necesariamente, esto es algo reservado para los periodistas de mayor jerarquía en el medio.

Pero, de nuevo, la columna de opinión del periodista debe permanecer en todo momento apartada de su trabajo informativo. Tiene que estar confinada una sección de opinión claramente identificada.

Si un medio sistemáticamente evade el balance de fuentes y no establece fronteras fijas entre sus contenidos editoriales e informativos, su periodismo se empobrece. En esa medida tendrá menos de periodismo y más de propaganda.

En política, reino de la polémica, estas prácticas salen más fácilmente a relucir. Si los contenidos informativos de un medio son siempre promovidos por un mismo grupo político, eso es un síntoma de que el medio, consciente o inconscientemente, sirve a sus fines.

Si el medio procede conscientemente en esa dirección, entonces puede hablarse de "periodismo militante". Es decir, mayor interés por promover la visión de un grupo de intereses que por aproximarse a la realidad y transmitirla. "Periodismo militante" es propaganda.

Ahora bien, la objetividad periodística a veces es atacada con el argumento de que obliga a los periodistas de diferentes medios a brindar versiones exactamente iguales de un hecho. "Si la verdad es una sola, solo hay una forma de contarla".

Esto es un error. La objetividad radica en interpretar hechos sin emitir juicios morales. En una realidad compleja un mismo hecho puede ser interpretado de formas diferentes sin que ninguna aproximación se aleje de la ética periodística.

Si "A" y "B" sostienen planteamientos antitéticos, un periodista riguroso puede reportar ambas posiciones, revisar independientemente datos y hechos y comunicar que uno de los dos está en lo correcto. Todo eso sin emitir juicios personales.

La objetividad tampoco es un obstáculo para la escritura creativa e ingeniosa. Un periodista hábil es capaz de aprovechar la riqueza del lenguaje para hacer la la lectura no solo informativamente útil, sino también entretenida y bella. Se distingue así, sin romper las reglas.

Lo expresado en este hilo se basa en el periodismo que aprendí a hacer en mi alma mater (@lacatolica), la lectura de quienes considero grandes periodistas y algunas experiencias personales. Espero que ayude a entender cuáles son las prácticas correctas del oficio.

Fin del hilo.