Thread by @CristoAtado

Es una pena que las historias de tantos escoltas y choferes que fueron testigos de las venidas a Colombia de Maradona - patrocinadas por la mujer de alias “Rasguño”, Para que intermediara ante Fidel para que lo liberara- estén sepultadas en el olvido. Grandes fiestas

Uno de los pocos reportes lo da el hijo calavera de Gilberto Rodríguez pero es en épocas muy diferentes. Cuando Maradona vino a Colombia traído por el Cartel de Cali, don Gilberto lo llevó a su mansión en Cali. Maradona estaba muy chiquito. La anécdota es que

En la mansión había una cancha de fútbol, después de darle el tour por la mansión repleta de obras de arte y lujos, fueron a la cancha a “patear” el balón. Miguel Rodríguez debía hacerle un pase y le pegó como un culo al balón. Tuvo la oportunidad de darle un pase a Maradona.

Otra anécdota que me parece chévere sobre el hijo “calavera” de Gilberto: El man era una piquiña, el papá lo trató duro desde infancia. Después de tanto problema en el que se metía, el papá decide traérselo a vivir a Bogotá a su apartamento-mansión detrás de Unicentro

Un amigo del man lo invita a putas de la 15 con 93 y luego a que fueran a piques. El muchacho dijo que su carro era muy paila y, como buen bad boy-baby narco, decide sacar el meta Mercedes Benz del papá, del jefe del Cartel. El carro consentido y único en el país.

Se fueron a piques y el man, inexperto, se sale en una curva y se da contra las ramas de un árbol. Se baja y ve un rayón el hp que cubría todo el lado derecho del carro. Pálido porque supone lo que le hará su papá, sale a toda con su amigo a buscar un latonero a la madrugada

Después de mucho buscar. Encontraron a esa hora a alguien. El man le “resanó” el daño. Fue un mago, en poco tiempo arregló el rayón que le hizo al carro. Amaneciendo entró el carro calladito y se fue a dormir.

Más tarde, don Gilberto Rodríguez Orejuela llenó de gritos la casa, muchos madrazos y el muchacho se despertó otra vez pálido. Dijo “mierda, se dio cuenta, hará aquí llegué. Mi papá me va a matar”. Gilberto llamó a su mujer para que bajara rápido al parqueadero...

El muchacho se fue también al parqueadero sin que lo vieran y detrás de una columna vio al papá con las manos en la cabeza -en pijama- y a la mamá apreciando al carro en la parte del rayón.

Y dijo don Gilberto: «Mija, esto es un milagro de Dios, ayer le metí una rayada la hijueputa al carro y mirá, Dios le quitó todo!”

Yo creo que todavía le debe estar doliendo al hijo del jefe del cartel más duro del mundo de la época, la inmensa Plata que le pagó al latonero.

😔