Thread by @luisjochamowitz

Lo hizo de nuevo, Vizcarra ha replicado por donde menos se esperaba, otra vez. Digamos que si archivar las elecciones anticipadas fue un jaque de la parlanchina torre Bartra, detener la elección de los jueces del TC, sería un alfil que cambia el ángulo y explora un nuevo flanco.

Se ha visto en los movimientos que hace este jugador una falta de plan B. Es todo lo contrario, Vizcarra es el plan B más logrado e interesante en el país de los planes A impracticables. Él mismo es el presidente B, sin partido, ni votos en el Congreso

Vizcarra sabe que la política hace tiempo dejó de ser el arte de lo posible. Lo posible se ha hecho inalcanzable. Hoy la política es el arte de terminar el juego. Irse junto con el Congreso es una propuesta de tablas para comenzar una nueva partida.

Dicho sea todo esto sin tener la menor idea en que puede terminar la partida. Eso es lo que espanta a los espíritus conservadores, que son los que más tienen que perder. Todo es incierto y está en el aire, al menos tenemos una política que refleja nuestra auténtica imposibilidad.

En otra época habríamos resuelto el asunto al caballazo, y ya se sabe quienes eran los dueños de los caballos. Lo interesante es que ahora, con una hipocresía que es la otra cara del hartazgo, sometemos nuestras replicas y duplicas a la gramática constitucional.

En otra época habríamos resuelto el asunto al caballazo, y ya se sabe quienes eran los dueños de los caballos. Lo interesante es que ahora, con una hipocresía que es la otra cara del hartazgo, sometemos nuestras replicas y duplicas a la gramática constitucional.

Es la hora de los abogados. Todos sabemos que lo que dicen solo la mitad es cierto, y el resto tiene al menos una mitad dudosa. Escuchamos a los jurisconsultos extrañando tener un mata moscas a la mano. Aunque parezca mentira, es una ganancia en comparación con lo de antes.

Puede ser que al final Vizcarra pierda. Después de todo, es el único que tiene algo que perder. No importa, o importa para otros fines. Viéndolo en si mismo, esta noche de viernes en que la partida parece de nunca acabar, al menos me queda una impresión

Vizcarra no es un incendiario, ni siquiera un populista como dice canónicamente Abusada, es nuestro plan B, lo único que tenemos ante la horda. Hasta ahora ha demostrado:
a) que está dispuesto a respetar las reglas. El caballazo no será de él.
b) que es posible que pierda

pero lo hará peleando.