¡Hoy en #ObrasMaestrasdelArte! Los 'Frescos de la Capilla de los Scrovegni' (1303-1305) de Giotto. Se tratan de un conjunto de pinturas al fresco, de estilo tardogótico o protorrenscentista realizadas al temple y que se encuentran en la Capilla de los Scrovegni en Padua. 
Enrico Scrovegni encarga a Giotto la obra en Padua. Rico y con grandes ambiciones políticas, adquiere en 1300 toda la zona de la Arena para levantar en ella su palacio con una capilla. Vemos a Enrico en una escena de los frescos entregando un modelo de la capilla a Ángeles.
Las fechas de construcción de los cimientos, edificación, decoración y consagración constan en documentos entre 1303 y 1305. Pese a las dudas y oscilaciones frecuentes, estas fechas son las más atendibles para indicar la intervención de Giotto en la Capilla de la Arena.
Para este encargo, Giotto tenía a su disposición las paredes de una iglesia de pequeñas dimensiones y asimétrica a causa de las seis ventanas que se abren únicamente en la pared derecha.
Para poder llevar a cabo el amplio programa iconográfico, el pintor tomó como punto de referencia el espacio entre las dos ventanas, del que no podía prescindir, calculando introducir en él dos escenas, una sobre otra para solventar el espacio que quedaría vacío obligatoriamente.
Con esta unidad de medida subdividió las paredes de la capilla recurriendo a una sola modificación, la de disponer de modo irregular respecto a las restantes escenas precisamente las colocadas entre las ventanas, en las que incluirá escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
La subdivisión fue debida a las dimensiones de la capilla y a los espacios ya establecidos entre las ventanas que eran de 200 x 230 cm. Esto explica la diversa relación proporcional que Giotto establece entre las figuras y el espacio que las contiene, siendo achaparradas.
El color es muy denso. El modelado es muy armónico, confiriendo a las figuras y objetos mayor resalte, siendo un relieve menos duro y acentuado. Los gestos mantendrán un inimitable equilibrio entre la gravitas de algunas estatuas antiguas y la gracia del gótico francés.
Estas escenas no solo las conforman grandes personajes, sino que por ellas pasan un repertorio de personajes secundarios, cuya menor dignidad se manifiesta en su expresividad, en sus características fisonómicas y en la viveza de actitudes, al igual que en su modo de vestir.
Los marcos que separan las escenas simulan una articulación arquitectónica de las propias paredes de la iglesia. Se encierran los frescos en fajas de mármol, pero con marcos de poco realce y decorados a la cosmatesca, en los que se abren medallones lobulados con imagenes menores.
En la base se simulan recuadros de mármol jaspeado rematada por un marco de leve voladizo sostenido por una fila de minúsculas ménsulas. Entre ellos se insertan las Alegorías de las Virtudes y los Vicios de manera monocroma y como si fueran también bajorrelieves de mármol.
Examinaremos de cerca las escenas, siguiendo la dirección helicoidal en que están narradas. En primer lugar, empezamos por las seis escenas que ilustran la vida de San Joaquín y Santa Ana y que se encuentran en la faja más alta de la pared derecha. En la baja, la vida de Cristo.
El espacio en torno al arco triunfal, la parte más vista de toda la capilla está reservada a la escena bajo cuya advocación se puso la capilla misma: La Anunciación. En la parte superior encontramos el Padre Eterno, pintado sobre una tabla que muy decorada.
En las seis escenas sucesivas, es decir, las de la pared izquierda o muro norte, en la faja más alta encontramos escenas relacionadas con el nacimiento de María. En la parte baja hechos relacionados con la vida de Cristo.
De acuerdo con la finalidad doctrinal y filosófica de muchos conjuntos decorativos de los siglos XIII y XIV, considerados con frecuencia como grandes textos didácticos figurados, el ciclo de Padua contiene la representación de Siete Virtudes y de los siete Vicios contrarios.
Finalmente, en el fondo de la pared interior de la fachada, el artista florentino pintó una grandiosa escena del Juicio Final, que contrasta con el resto de escenas laterales, por su complejidad y porque carece del perfecto equilibrio y racionalidad que caracteriza a aquellas.
La anticipación de soluciones de la perspectiva del siglo XV es sorprendente. La importancia de este episodio en el desarrollo de la concepción espacial de Giotto, olvidada en épocas pasadas ha sido señalada posteriormente con toda la transcendencia que le acompaña.
La decoración de la Capilla de los Scrovegni de Padua está indicada desde hace mucho tiempo como la más significativa y característica de las obras de Giotto llegadas hasta nosotros y como uno de los hechos capitales en la historia de la pintura europea.
Si queréis encontrar mucha más información sobre este fastuoso complejo pictórico podéis leer el artículo que escribí para @lacamaradelarte en su magnífico blog. 👇🏼👇🏼
lacamaradelarte.com/2019/02/fresco…
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Y así concluimos esta entrega de #ObrasMaestrasdelArte. Un lugar que consigue cautivarte y emocionarte. Por su historia, por su avance, por su colorido, por su distribución...Un lugar que hay que visitar antes de morir. Espero que hayan disfrutado. ¡Pasen un feliz día!
¡GRACIAS!
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