Luego de comentar las dimensiones constituyentes que el acuerdo por #NuevaConstitucion podría tener, reviso en clave más política sus implicancias y lo que se viene. Abro hilo.
El acuerdo se refiere a uno de los nudos del problema que nos convoca. Solo uno: nueva Const. Están pendientes agenda social, seguridad pública y violaciones a derechos humanos. Eso debe seguir y el Gobierno no puede eludir su responsabilidad.
Las condiciones de ese acuerdo pueden tener un efecto constituyente, pero también puede que no lo tenga. Hay definiciones importantes todavía pendientes, como la ley electoral y los criterios de conformación de la constituyente.
La clave de este acuerdo, el mínimo que lo valida, es el compromiso compartido de avanzar hacia una nueva Const y no de una reforma. Esto solo se verifica si la discusión se da desde una #hojaenblanco. Sin ella, simplemente no hay acuerdo.
En ese sentido, las voces mañosas de las últimas horas que defienden la pervivencia de la Const de 1980 (@sergioverdugor @allamand @EnaVonBaerJahn), deben ser enfrentadas y desoídas. Sin #hojaenblanco no hay #NuevaConstitucion. Sin hoja en blanco no hay acuerdo.
@sergioverdugor @allamand @EnaVonBaerJahn No podemos olvidar que el acuerdo se selló bajo la amenaza de la violencia estatal, en discurso del Pdte de martes 12 y dgo 17. Podemos estar dispuestos a concurrir a un acuerdo bajo amenaza? Quizá. Pero no podemos aceptar que esa amenaza se proyecte a la decisión constituyente.
En otras palabras: podemos aceptar un quórum de 2/3 sólo en la medida que las condiciones subsiguientes habiliten una decisión libre y democrática. Y eso solo es posible si la discusión se da desde una #hojaenblanco, sin la amenaza de la fuerza que representa la Const de 1980.
La disputa política por los aspectos técnicos del acuerdo y el desarrollo de sus contenidos no puede estar completamente separada de esa amenaza, que hoy parece habilitar una cultura política y jurídica autoritaria, no democrática, que mañosea el acuerdo y desconoce su contenido.
Que una de las partes no quiera cumplir un acuerdo en los términos que fueron pactados, no es una trampa en el acuerdo. Es una deslealtad.
El problema es que si la derecha le da razones a quienes creen que “con la derecha no se puede negociar”, perdemos todos.
