Thread by @emily_habsburg

ROMA EN EL ORIENTE HELENÍSTICO

Ya a finales del siglo III a. C. el mundo helenístico se transformará radicalmente, sobretodo en el ámbito político. Surgirán potencias emergentes en lugares como Asia Menor, como por ejemplo la ciudad-reino de Pérgamo, de la dinastía Atálida.

No obstante, el cambio más significativo llegará de la mano de un factor externo: La intervención romana en Oriente. En apenas un periodo de 50 años conseguirá someter buena parte del mundo helenístico. Conquistarán gran parte de los territorios que quedan al otro lado del limes.

En cuanto a Roma, a nivel político, podríamos decir que desde el principio no encontramos una política imperialista únicamente, es decir, que no observamos intenciones claras por parte de la República de anexionarse territorios situados en Oriente griego y helenístico.

De hecho, esto se aprecia a lo largo de todas las intervenciones realizadas en esta región; La discontinuidad, las vacilaciones, la indecisión… serán las protagonistas de las diferentes campañas realizadas en Oriente. Las estrategias políticas fueron variando.

Uno de los problemas fue que los muy republicanos senadores romanos nunca llegaron a comprender bien la realidad de estos territorios helenísticos. Todas las intervenciones eran planificadas de tal forma que ignoraban por completo la realidad a la que se enfrentaban.

En primer lugar debemos tener en cuenta qué intereses tenía Roma en Oriente. El sector concreto de la sociedad que tenía intereses en esta región eran los nobilitas. Este grupo social era una oligarquía patricio-plebeya; Esto significaba que gran cantidad de familias senatoriales

tenían intereses económicos en Oriente, lo que acabaría por impulsar las políticas enfocadas a la intervención militar. Es curioso que este sector de la sociedad tuviera tantos intereses económicos en esa región, ya que en el siglo II a. C. las leyes prohibían a los senadores

crear sociedades y dedicarse a diferentes actividades mercantiles y comerciales, así como préstamos bancarios. Para conseguir hacerlo tienen testaferros senatoriales, clientes dentro de dichas familias. Otro factor influyente fue el filohelenismo que padecía la cultura romana.

No era ningún secreto la afinidad romana por todo lo griego, desde la ideología hasta la arquitectura. Por consiguiente, no podemos comprender las intervenciones romanas en Oriente sin entender los intereses de los senadores.
En segundo lugar, debemos comprender que los conocidos

como Equites, es decir, artesanos, banqueros y diversos comerciantes tenían un fuerte interés en explotar económicamente estas ricas regiones. Así pues, la principal razón por la cual los romanos intervienen en un principio en Oriente, es por su interés puramente económico.

También se ha especulado la posibilidad de que las ansias de poder y gloria impulsaron a la plebe y los diferentes soldados a querer ir a la guerra, así como el posible botín que podrían obtener.

Los primeros años del siglo I a. C. (finales de la República romana), prevalecen los deseos de los grandes generales. Esto se debe a la crisis que atravesaba la República y a la Reforma Militar de Mario en el año 100 a. C., por la cual se admite cualquier persona en el ejército

romano, independientemente de su nivel económico o social.
En resumen, encontramos diferentes factores, como son los intereses económicos de los senadores, los intereses personales de aquellos que integraban el ejército y las pretensiones de explotación económica de los banqueros

artesanos y comerciantes. Las causas son múltiples y operan de diferente manera. En cuanto a las intervenciones romanas en Oriente, podemos establecer 5 diferentes fases:

-La 1ª fase va desde el 200 al 188 a.C. La República pretendió el equilibrio en Asia, que no permitiera que ninguno de los grandes reinos helenísticos, Seléucida (Siria-Persia), Antigónida (Macedonia-Grecia) y Ptolemaico (Egipto-Cirenaica), se convirtiera en gran superpotencia

- La segunda fase comprendería desde el año 188 a. C. la paz de Apamea, hasta el 168 a. C. con el final de la Tercera Guerra Macedónica y la Batalla de Pidna. En este periodo la República romana planteaba la posibilidad de un equilibrio multiestatal, esto es, para

reducir el poder de los tres grandes reinos, su intención era subdividirlos en reinos más pequeños equilibrados que redujeran una potencial amenaza. El problema es que este plan terminará por generar el caos en el Oriente...

- La tercera fase comprende desde el año 168 a. C. hasta el final del Reino de Macedonia en el 146 a. C. En este periodo, poco a poco, Roma va dividiendo y controlando los diferentes Estados de Oriente. (Divide et Impera)

- La cuarta fase sería a partir del año 146 a. C. esta ya sí que la podemos conocer propiamente como la verdadera fase imperialista de Roma en Oriente. Muchos de los Antiguos Reinos y diferentes Estados serán transformados en provincias, como territorios sometidos a la República

En cuanto a Macedonia es convertida en “agger romanus” (anexionada a Roma). En todas estas provincias impera el derecho romano, por lo que imponen su sistema republicano latino a los viejos reinos helenísticos griegos. Todas ellas son controladas por un magistrado romano.

- La 5ª y última fase va desde la anexión de Macedonia (146 a.C) hasta la absorción de Egipto en el 30 a.C (tras la muerte de la última Ptolomeo, Cleopatra VII)
Roma impone su voluntad a todo Oriente con tributos desorbitados y guerras de prestigio de sus generales y/o dictadores

Sin embargo, antes del año 200 a. C. hay una intervención romana en Oriente. A partir del 229 a. C. y hasta el 219 a. C. tiene lugar la intervención romana en el Adriático (Iliria). Esto fue debido a los intereses económicos que Roma tenía, y debía respaldar con su flota.

Así, en el año 200 a. C. los romanos entrarán en guerra con la Macedonia Antigónida. En el 197 a. C. los romanos fueron capaces de derrotar a la falange macedonia en Cinoscéfalos. Un año después se firmó la Paz de Tempe, un tratado que supuso un importante recorte territorial

(Macedonia ve reducido su territorio a tiempos de Filipo II). Unido la derrota y al recorte de fronteras, establecieron una importante deuda a los macedonios que impediría su recuperación nacional. Unido a ello se redujo a su ejército, limitando su capacidad de intervenir en GRE

De esta manera, la República romana, tras derrotar a Macedonia, fue limitando la capacidad de otros reinos helenísticos de que intervinieran en Oriente, sin su consentimiento.
Una vez reducida Macedonia, los romanos se enfrentaron a los seléucidas.

En el 192 a. C. comenzará el enfrentamiento entre Roma y el Imperio Seléucida (Siria-Persia). En este año se enfrentarán contra Antíoco III Megas, acabando con la victoria romana en el 189 a. C. en la batalla de Magnesia de Sipilo (Anatolia), firmándose la Paz de Apamea (188 a.C)

Obviamente esta paz supuso el recorte territorial más la deuda del Imperio Seléucida, al igual que ocurrió con la Macedonia Antigónida. Los seléucidas son recluidos al otro lado de los Montes Tauros.

Las guerras de los reinos helenísticos contra Roma terminan de la misma forma: recorte de fronteras, indemnización de guerra desorbitada y alianza perpetua con Roma.

En Asia, la Paz de Apamea del 188 a. C. sumió la región en una serie de conflictos entre los diferentes subreinos formados. Este caos obligará a Roma a mediar constantemente en los diferentes conflictos (sobre todo entre seléucidas y ptolemaicos).

En cuanto a Pérgamo, su rey, Átalo III firma, misteriosamente, la legación testamentaria de su reino a los romanos, de esta forma, Pérgamo pasa a ser provincia romana en el 133 a. C.

En cuanto al reino Seléucida, fue reducido territorialmente a Siria por las incursiones partas y sus propias guerras civiles (azuzadas por Roma). Por esto, el reino fue arrojado al otro lado del Éufrates.

Por ello, sólo quedaba un reino helenístico capaz de plantar cara a los romanos, el reino anatólico del Ponto, de Mitrídates VI. Esta rivalidad desembocará en las tres guerras mitridáticas, las cuales acabaron en el año 64 a. C. con la victoria definitiva de Pompeyo.

En el año 63 a.C. Pompeyo reorganizó Oriente, creando la provincia romana de Siria (anexionada unilateralmente), así mismo, buena parte de Anatolia quedó convertida en provincia romana. El resto de Anatolia quedó convertido en una serie de reinos clientes a Roma

A partir de este mismo año todo el oriente helenístico sufre una gran cantidad de guerras civiles (sobre todo romanas). Por ejemplo, en la Batalla de Farsalia, César obtiene la victoria definitiva en Tesalia, por la que Pompeyo se refugió en Alejandría (Egipto).

Tras la muerte de César, Marco Antonio (su lugarteniente y triunviro de Roma) y la reina Cleopatra VII de Egipto, trataron de hacerse con el dominio de Oriente, cuyo núcleo será el reino ptolemaico.

El resultado fue la Batalla de Accio en el año 31 a.C. (Grecia) y la entrada de Octavio-Augusto (sucesor de César) en Alejandría en el año 30 a. C. con la conversión de Egipto en provincia fiscal, es decir, provincia cuyos ingresos van destinados al tesoro privado del emperador.

Todos los reinos de corte helenística surgidos a la muerte de Alejandro Magno han sido absorbidos por la República romana para el año 30 a. C.

FIN...