Thread by @Galieno_Augusto

Hoy hablamos acerca de la llamada barbarización de las legiones, normalmente se ha esbozado como una de las causas del declive del Imperio, mientras que de hecho
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fue una de las fortalezas de Roma que pudo aprovechar una fuente de reclutas, dispuestos, y capaces, y en su mayor parte leal y efectivo como una fuerza de lucha. Se emplearon tribus para luchar contra otras tribus, y en ocasiones los mismos pueblos eran al mismo tiempo enemigos

de los romanos y también empleados como soldados; por ejemplo, los Juthungi fueron reclutado en el ejército para luchar contra los alamanes. Carausio empleó a los francos para proteger a Gran Bretaña, y Constancio los empleó para proteger a la Galia.
Durante el siglo III, los

miembros de las tribus fueron entrenados como unidades romanas, mandados por oficiales romanos, luchando con armas romanas. A partir de Adrianópolis; los miembros de las tribus lucharon bajo sus propios jefes, usando sus propias armas, no siempre integradas en la estructura del

ejército, por lo que en efecto ya no eran ejércitos romanos. Esto no disminuyó sus habilidades de lucha, y los ejércitos tuvieron éxito cuando fueron dirigidos por hombres fuertes y carismáticos. No se puede negar que las legiones a veces se alejaron de la población que se

suponía que debía proteger. El gasto de mantener a los diversos ejércitos preparados para la guerra era una carga para la población; los impuestos se resentían naturalmente, pero eso no era nada nuevo. La gente quería su defensa a bajo precio

Cuando aumentaron las dificultades económicas, las cargas impositivas para sostener el ejército se volvieron intolerables, pero los legionarios podían usar su poder para intimidar a las personas, requiriendo con entusiasmo bienes y servicios a los que no tenían derecho. Durante

las guerras civiles, un ejército romano podría saquear una ciudad romana con aparente indiferencia; para los habitantes, un ejército comenzaría a parecerse a cualquier otro, todos ellos representando una amenaza potencial. Los ejércitos podían elevar o deshacerse de los

emperadores, por su propia voluntad. Los soldados que nunca habían visitado Roma lucharon por el emperador o el aspirante con la mayor credibilidad, o la mayor cantidad de dinero, o ambos. A pesar de la reputación de los soldados por el amor a su propio beneficio en lugar del

deber, el ejército sirvió a Roma con efectividad. No hay una lista completa de militares romanos fallecidos,
como en las dos últimas guerras mundiales, para impresionar a los historiadores con estadísticas de aquellos que murieron defendiendo al Imperio, ya sea en batallas o por

enfermedad; si existiera, tal lista podría equilibrar las historias que han sobrevivido de soldados truculentos y ejércitos rebeldes que hicieron emperadores y los destruyeron. Cuando Probus solicitó a los legionarios que plantaran viñedos y cavaran acequias, cuando proclamó que

habría paz universal y no habría necesidad de ejércitos, los soldados se rebelaron. Esto demuestra que las alternativas al oficio de soldado no eran tan atractivas o rentables. La movilidad social a través del ejército se incrementó gradualmente bajo regímenes sucesivos, pero

alcanzó su cenit en el siglo III, especialmente después de que Galieno puso a los Equites en los mandos militares y en los puesto de gobernadores provinciales El ejército era una entidad social por derecho propio, y para muchos hombres era el punto de partida de una larga carrera

Con el paso del tiempo y con ascensos podrían convertirse en oficiales, y llegar a mandos importantes, alcanzando el rango ecuestre y, a partir de ahí, seguir una carrera sin necesidad de ingresar al Senado. El ejército era en gran medida autosuficiente, proporcionando muchos de

los comandantes y administradores militares del siglo III. A medida que avanzaba el siglo III, se necesitaba especialización y profesionalismo en asuntos militares para garantizar la continuidad y aunar experiencia; el ejército se separó aún más de los intereses civiles. Galieno

retiró a los senadores del mando de las fuerzas armadas; Diocleciano y Constantino cristalizaron el proceso separando finalmente las carreras civiles y militares. Diocleciano conservó los praeses ecuestres como gobernadores de las provincias, pero en su mayor parte los despojó de

cualquier función militar, instalando oficiales del ejército con el título dux al mando de las tropas. Los duces a veces se ponían a cargo de los ejércitos en varias provincias, para proteger un tramo extendido de las fronteras; esto se refleja en el título dux límites.

La principal preocupación de los duces era la defensa del Límes. Estaban a cargo de todas las tropas, incluidas las fuerzas móviles, las legiones y unidades auxiliares de la provincia o provincias. Eran responsables de la administración militar, incluida la jurisdicción sobre los

soldados que habían cometido crímenes, y todos los demás asuntos, como mantener a las unidades al día, inspección y aceptación de reclutas, supervisión de la recolección y distribución de suministros. No tenían control sobre los suministros aparte de distribuirlos, ya que los

prefectos pretorianos estaban a cargo de la annona militaris y el pago del ejército. Los duces eran responsables ante el magister militum, y también tenían que informar a los prefectos pretorianos. Al dividir las provincias en unidades más pequeñas, Diocleciano había reducido la

oportunidad para que los gobernadores se levantaran, el sistema administrativo aseguró que Los duces fueron supervisados ​​por los magistri, los prefectos pretorianos, y probablemente por los vicarii a cargo de las diócesis. En las provincias más pequeñas, los duces asumían

deberes civiles y supervisaban asuntos militares. En el siglo IV, el ejército había evolucionado de las legiones y las fuerzas auxiliares del Alto Imperio a los comitatenses y limitanei, fuerzas móviles y las tropas fronterizas. Se debate qué emperador fue responsable del cambio

Galieno fue acreditado por un autor bizantino con el establecimiento del primer ejército de caballería móvil, lo que en sí mismo probablemente es correcto en el sentido de que reunió a las fuerzas de caballería de diferentes unidades, uniéndolas en una fuerza compuesta bajo un

solo comandante. Para los bizantinos, esto les resultaría familiar, por lo que se acepta que las fuerzas móviles surgieron cuando el Imperio estaba bajo un estrés extremo y Galieno se enfrentaba a la imposible tarea de defenderlo. Los historiadores actuales pueden rastrear, la

existencia del ejército móvil de caballería bajo Claudio Gótico, y también cuando Aureliano lo dirigió, con buenos resultados contra los clibanarii ​​de Palmira. Después de 285 ya no tenía su sede en Milán, y se desconoce su paradero. Hasta aquí este breve análisis. Feliz Navidad