Thread by @Espaiq_Espiguel

Varias personas me pidieron hace unos días que escribiera sobre como me diagnosticaron autismo y como fue el camino para que hoy ejerza una profesión tan demandante en lo social como lo es el derecho.

Abro hilo al respecto.

Mi mamá siempre supo que conmigo algo no andaba bien porque de bebé no me gustaba la leche materna y de paso era precoz en varios aspectos mientras que en otros era un desastre (apenas dormía 3 horas diarias).

Y mi mamá había trabajado con una conocida médico adjunta de neuropediatría en el Hospital Vargas de Caracas. Ella fue mi facultativa durante los siguientes 14 años.

Contexto: eran los años 90 y la información sobre el síndrome de Asperger no estaba tan popularizada como hoy. Apenas en 1994 se incluyó el Asperger en el DSM-IV. Además mi médico era neurologa y no psiquiatra.

Ella diagnosticó TDAH. Algo que en principio explicaba porque siempre estaba desbordando todos los ambientes a donde iba, pero no explicaba como 'nací leyendo' ni mi pasión por leer la prensa.

Tenía 4 años.

Mención aparte tiene mi vida escolar, la cual fue un completo desastre. Ok, sabía leer, pero detestaba y detesto las manualidades. Me cuestan demasiado cosas como bailar, la plastilina o pintar.

Considero un triunfo de mi voluntad el haber aprendido el método palmer.

A raíz de eso y de las dificultades para socializar desde el preescolar se me envió con el psiquiatra. Tuve uno que pudo leer mi autismo evidente, pero le dijo algo a mi mamá algo espantoso:

"Su hijo debe ir a una Escuela Especial y renunciar a una vida normal".

Mi mamá lloró primero al escuchar esto, luego pidió una segunda opinión con la adjunta que conocía.

Ella dio luz verde a que tuviera una vida normal. Eso sí, para buscar calmar la 'hiperactividad' me daban carbamazepina.

Tuve una infancia difícil donde era poco comprendido por el entorno. Y también en mi nació el deseo de ser abogado porque en ese tiempo ví de frente la xenofobia. De ello ya he hablado anteriormente con más detalle.

Lo cierto es que siempre relucí como alguien con TDAH.

Cuando tuve 16 años y estuve deprimido se me hizo una prueba de CI bastante completa.

Mi CI resultó bastante alto en la parte verbal pero en la parte ejecutiva era un poco menor. Eso me lo redujo.

Aparte ya de adolescente era más notorio que tenía dificultades para socializar.

Mi mamá decidió no hacerme las cosas fáciles. Convirtió la relación entre ella y yo en algo tan complicado que hoy por hoy sé enfrentar cada situación difícil en una relación de pareja.

Además que aprendí a tenerle paciencia a las mujeres.

Aunque con dificultades, si hice y he hecho amigos. Personas que con sus virtudes y defectos me han apoyado incondicionalmente, cosa que les agradezco.

Lo cierto es que ya con 26 años de edad, las sospechas de Asperger no hacían más que aumentar, no solo de parte de mi mamá, sino de parte de una novia que tuve, una diseñadora y socióloga conocida en el mundo del Social Media venezolano.

Quien fuera mi novia sospechaba porque veía en mi cosas similares a un miembro de su familia.

A su vez, la médico adjunta, para quien he sido caso de referencia por años comenzó a revisar otra vez mi historia a la luz de la opinión de algunos expertos en psiquiatría.

Revisó, hiló cabos y llegó a la conclusión que 22 años antes cometió el error de diagnosticar TDAH cuando lo correcto era que tengo Asperger.

Ella me llamó y me dijo sus conclusiones. Tuvimos una conversación larga y honesta. Para mi ese día fue una bomba.

Salí de la consulta y sentí la soledad.

La primera persona que lo supo fue esa exnovia de la que hablé antes. Le escribí y ella me dijo que ya lo sabía.

Yo me sentí discapacitado. Algo que hoy jamás sentiría sobre mi. Pero es que los mitos sobre el autismo son enormes.

Y yo había caído en ellos de tantas tonterías que uno lee. Esta chica y yo terminamos poco después pero debo reconocerle que ella siempre se comportó de manera humana con respecto a mi condición y me ayudó a verla como una condición.

Ya para ello trabajaba en la administración pública y en vista de que trabajaba como pocos y de que a veces no sé como no hablar ni hacer analogías de la vida con el derecho, pues me gané mucha envidia y comentarios malsanos a mi alrededor.

Hubo alguien que sospechó de mi condición y comenzó a burlarse peor, haciendo adamanes de que estaba invalido y diciendo que alguien 'invalido de la mente' no podía ser abogado.

Ahí decidí salir del closet autista al menos con mi jefe. Lo cual hice llorando.

Debo decir que mi jefe me apoyó totalmente y luego dijo en un almuerzo que si 'un invalido mental' como Lionel Messi podía deslumbrar el mundo con sus goles, porqué no podría hacerlo 'otro' en el derecho público.

Fin del comentario y de la burla

Hace poco hablé con ese supervisor, y me confesó que él siempre me ha visto como una persona valiente. No sé si lo sea, pero creo firmemente en no retroceder. Hoy soy abogado y con mi trabajo demuestro lo capaz que soy y lo que puedo llegar a hacer.

Es verdad, ser abogado me cansa de vez en cuando y sobre todo el lado social de la profesión, pero no estoy solo. Y en grupo es más fácil cargar algo pesado.

Además siempre me han gustado los retos. Cuando trabajé propiedad intelectual en pregrado yo siempre busqué hacer los trabajos más difíciles. En la Administración Pública fue muy similar. No quiero una vida sencilla. No me siento a gusto recibiendo las cosas por una cara bonita.

No estoy de acuerdo con que un niño hoy deba seguir mi camino en lo que a diagnostico respecta. Si un padre o familiar tiene dudas sobre su hijo, es mejor hablarlo con un psiquiatra y mientras más pronto mejor.

Hoy se sabe que con un abordaje multidisciplinario...

...un niño con autismo puede llegar muchísimo más lejos de lo que yo he podido llegar.