Punto de vista que actualiza la guía previa para los médicos clínicos y resume lo que se sabe, lo que se desconoce y cuáles son los siguientes pasos basados en la evidencia disponible para abordar y detener el brote.
jamanetwork.com/journals/jama/…
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Estimaciones actuales del período de incubación varían de 1 a 14 días con una mediana de 5 a 6 días, aunque los informes de casos recientes sugieren que el período de incubación puede durar hasta 24 días, 3 que es más largo que los 14 días que la OMS y los CDC han estado usando.
Un período de incubación potencialmente más largo tiene implicaciones importantes para las políticas de cuarentena y la prevención de la propagación.
El virus parece transmitirse principalmente a través de gotas grandes, pero también se ha encontrado en las heces y la sangre, lo que plantea dudas sobre otros modos potenciales de transmisión.
Si se confirma que el virus puede propagarse por las heces, pueden ser necesarios diferentes tipos de precauciones.
El número reproductivo (R 0 ) (el número esperado de casos secundarios producidos por una sola persona infectada en una población susceptible) para SARS-CoV-2, aunque todavía es preliminar, se estima entre 2 y 3, lo que sugiere un potencial pandémico mayor que el SARS .
La transmisión desde un portador asintomático parece ser posible, lo que, si se confirma en estudios más grandes, tendrá implicaciones importantes para la detección y el aislamiento.
Un informe de nueve pacientes embarazadas sugiere que la transmisión perinatal es poco probable, pero se necesitan estudios más grandes para confirmar este hallazgo.
Estudios publicados de ptes hospitalizados, principalmente en Wuhan, han sugerido que la edad promedio es de 50 a, con ligero predominio de hombres; aprox. el 25% de los pacientes tienen un curso grave que requiere cuidados intensivos, y aprox. 10% requiere ventilación mecánica.
Sin embargo, otros estudios sugieren un curso más benigno en adultos y niños más jóvenes, especialmente fuera de Wuhan.
En general, la presentación clínica ha involucrado fiebre en 83% a 98% de los pacientes, tos seca en 76% a 82% y fatiga o mialgias en 11% a 44%.
Se han informado otros síntomas, como dolor de cabeza, dolor de garganta, dolor abdominal y diarrea.
Los hallazgos anormales de laboratorio han incluido linfopenia (70%), tiempo prolongado de protrombina (58%) y lactato deshidrogenasa elevada (40%). Las Rx. de Tx. se caracterizan por infiltrados irregulares bilaterales y las TC de Tx. demuestran infiltrados en vidrio esmerilado.
Hay pocos datos disponibles sobre hallazgos histopatológicos, pero un estudio de un paciente que falleció indicó presencia de formación de membrana hialina, infiltrados inflamatorios mononucleares intersticiales y células gigantes multinucleadas.
Actualmente, parece que la mayoría de los ptes tienen una enfermedad leve. Sin embargo, desde un punto de vista clínico, es esencial definir más completamente el espectro de la enf., de asintomática a grave, y los factores de riesgo p/la progresión y mortalidad de la enfermedad.
Al igual que las manifestaciones clínicas, la tasa de letalidad (CFR) parece ser muy variable. Los primeros informes sugirieron que podría ser tan alto como 8% a 15% en adultos mayores infectados en la provincia de Hubei.
El CFR aumenta en adultos c/afecciones comórbidas que desarrollan síntomas respiratorios graves. El CFR fuera de Hubei, aunque se basa en datos limitados, es mucho más bajo, probablemente no más de 1% a 2%, aunque esto dependerá de la detección precisa de ptes c/enfermedad leve.
El cuidado del paciente con COVID-19 es similar al de otras neumonías virales, que consisten principalmente en cuidados de apoyo y suplementos de oxígeno cuando es necesario. Los corticosteroides no han sido recomendados.
La evidencia anecdótica sugiere que remdesivir, un profármaco de nucleósidos que se cree que actúa inhibiendo la transcripción de ARN viral, puede ser útil y se están realizando ensayos clínicos.
Además, el lopinavir / ritonavir también se ha probado basándose en la eficacia en modelos animales de MERS-CoV, pero este puede no ser el caso en humanos con COVID-19.
Recientemente, China aprobó el uso de favilavir, un antiviral utilizado para la influenza, como terapia de investigación para COVID-19.
En total, se están llevando a cabo más de 100 ensayos clínicos para probar compuestos nuevos y reutilizados, contra el SARS-CoV-2.
En total, se están llevando a cabo más de 100 ensayos clínicos para probar compuestos nuevos y reutilizados, contra el SARS-CoV-2.
Actualmente no hay vacuna disponible contra el SARS-CoV-2.
Se están desarrollando más de 11 vacunas y se espera que comience un estudio de fase 1 de una vacuna de ARNm, desarrollado por los NIH, en marzo del presente año.
Se están desarrollando más de 11 vacunas y se espera que comience un estudio de fase 1 de una vacuna de ARNm, desarrollado por los NIH, en marzo del presente año.
Debido a que la transmisión e infección de trabajadores de la salud asociadas c/atención médica es un problema importante, CDC recomienda que usen equipo de protección personal (PPE) e implementen precauciones estándar, de contacto y en el aire, incluido uso de protección p/ojos.
Los trabajadores de la salud deben usar una bata, guantes y un respirador N95 más un protector facial o gafas o un respirador eléctrico purificador de aire.
Existen muchos desafíos en el campo de la prevención de infecciones, incluida la presencia de casos clínicamente leves o presentaciones atípicas y un suministro limitado de EPP o salas de aislamiento respiratorio en la mayoría de los hospitales.
El brote actual ha provocado un debate sobre la efectividad de las cuarentenas tanto en China como en otros países. Parece que las estrictas medidas que tomó China pueden haber "comprado el mundo en algún momento", pero no impidieron la difusión mundial del SARS-CoV-2.
Por otro lado, las cuarentenas como la impuesta a los pasajeros y la tripulación del Diamond Princess aumentaron la transmisión y provocaron cientos de infecciones.
Cuando se ejecutan adecuadamente, las cuarentenas pueden reducir la transmisión, pero deben respetarse los derechos humanos, y en una era de conectividad global puede ser difícil, si no imposible, implementar medidas de cuarentena efectivas.
El rápido progreso que la ciencia y la salud pública han logrado al enfrentar el brote de SARS-CoV-2 no tiene paralelo.
Sin embargo, aún existe una necesidad apremiante de acelerar los protocolos que conducen al descubrimiento y la implementación de pruebas de diagnóstico rápidas en el punto de atención, efectivas terapias antivirales y, finalmente, una vacuna segura e inmunogénica.
