Capítulo 8
Eran tristes tiempos para el aguerrido Perejil I, tuvo que lidiar con la rebelión de las aldeanas y todavía no se solucionaba la pandemia de la fiebre diarréica guinda, a la cual, coloquialmente
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Pero empecemos por el principio, el brujo segundo había pedido audiencia con el morenarca para ponerlo al tanto de la Fiebre Primorosa y le había aconsejado que cerrara el puerto de Acapulco y las fronteras
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El Emperador del reino contiguo, el del nombre raro, era un tal Sir Donaldo de Orange, personaje, ya de suyo original y chabacano, pero muy celoso de la seguridad de sus
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A tal grado era la preocupación, que el presidente de la
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Para darle fuerza a su
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En dicha reunión el brujildo aseveró que Perejilito era inmune a la pandemia y poseedor de una gran fuerza moral, la que repartía a manos llenas en sus baños de pueblo los fines de semana, y que los virus y bacterias le
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El problema para el reino amoroso de nuestro personaje era que ya muchos de los subditos estaban contagiados y había que evitar más contagios, porque no era posible
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Algunos de los caballeros del reino, contrariando las instrucciones oficiales, cerraron sus
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Seguiremos con los contagios y las reacciones de los reinos vecinos ante la necedad de Perejil de no atacar con la magia disponible la infección mundial...
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