Thread by @signoresalieri

Leo a muchos compañeros decir que hoy han trabajado un montón de horas. Otros, el fin de semana... La segunda semana llega con los trabajos por corregir que pedimos a lo loco la primera, y con la presión de grupo y social duplicada con decenas de correos de alumnos y de padres...

Los tutores lo están pasando especialmente mal: algunos no paran de recibir mensajes del grupo de whatsapp de padres y madres. Chicos que ni se han registrado, padres que piden tareas, padres que se quejan de tareas, confusión generalizada y sensación de desatención constante.

Una injusta sensación de desatención por parte de algunos padres. Pero también, una injusta sensación de agobio autoimpuesta por algunos compis. Digo autoimpuesta pero no pretendo culparles de nada, si son víctimas, al contrario. Esa autoimposición y ese estrés no es porque sí.

Nos estamos retroalimentando el estrés. Antes en una hora hacíamos lo que podíamos. Sabíamos que no nos había atendido todos. No íbamos uno a uno por banca para intentar que anotasen una sola línea de los apuntes o que hiciesen un solo ejercicio. El que no lo hacía, suspendía.

No quiero decir que eso fuese lo deseable. ¡No lo era! Tomábamos otras medidas de seguimiento y conseguíamos poco a poco pequeños logros. O no. Pero teníamos claro, y denunciábamos, que la administración no nos daba heramientas mágicas.

SPOILER: EL TELETRABAJO TAMPOCO LO ES.

Y a muchas familias les parecía dar igual, a propósito. O al menos, no les urgía tanto como ahora. Ahora quieren tareas porque tb están sufriendo presión de grupo. Pero tb se quejan del exceso de tareas, lo cual tb es comprensible.

Estamos todos muy estresados, joer, ¡que es que estamos encerrados!

Así que calma.

No respondáis a correos durante el fin de semana o a las diez de la noche, por ejemplo. No los respondáis creyendo que así ayudáis. Igual estáis dejando en evidencia a un compañero que no puede.

Esto que antes solo usábamos de complemento sigue siendo un complemento, y temporal, no es el modelo ideal para siempre jamás.

Especialmente con los más jóvenes. Si alguien cree otra cosa, estamos perdidos. Y que se prepare para una distopía laboral docente que ni Black Mirror

La ratio no ha bajado, ojo. El tiempo que antes perdíamos en clase en pedir silencio o en atender personalizadamente debería en teoría seguir siendo una hora, lo que dura una clase. En teoría, ojo, que es verdad que las circunstancias son excepcionales.

Como teletrabajamos en casa, organizándonos como podemos, intentamos no tener tampoco la tensión de una hora de pie, y bueno, pues echamos dos. Y como vemos a los sanitarios jugándose la vida y estamos en un momento excepcional de nuestra sociedad, decía, pues echamos tres...

Pero hay un punto en el que hay que parar, compañeros. Y digo más, esto es muy peligroso para algunos que ya eran adictos al trabajo. No hablo de los del postureo, que casi empezaron esto como si fuera una fiesta, que parecía que les hacía más ilusión que dar clases en persona...

Hablo de gente enferma, y no lo digo como insulto. Yo he pasado por eso, es típico de depresiones. Te agarras al trabajo porque es lo único que te da sensación de control, o de olvido. E imaginaos con el estrés que todos tenemos, pues dale, a trabajar el doble, o el triple...

No estoy diciendo que trabajemos poco. Digo que trabajemos bien. Mejor un ejercicio largo bien meditado y que implique (con los más pequeños) cierta participación familiar, por ejemplo, que diez páginas de tareas del libro de texto tal, que luego encima tengas que corregir tú.

También pido comprensión a las familias igual que he defendido comprensión a ellas de parte de los profes. La administración no ha sido nada clara al pedirnos qué hacer, es normal que estemos dando palos de ciego. Solo ha pasado una semana, ya estamos empezando a rodar mejor.

Por cierto que hay familias que tienen una carencia lectora o digital (no salen del Whatsapp) igual de grave o peor que las de hijos.

Y nos estamos comunicando con ellos por escrito, no podemos llamarles por teléfono. Téngase también en cuenta eso para la posteridad.

Estamos empezando a rodar tras los palos de ciedo, pero también están empezando a explotar algunos compis. Y eso no puede ser. No somos mejores profesores por explotar antes. De verdad que no.

Ni nos van a aplaudir precisamente en los balcones, descuidad. Ni falta que nos hace, yo me conformo con que no nos insulten ni seamos pasto de prejuicios. Que luego, encima, quizás hasta trabajamos en julio o nos quedamos sin extra...

Así que echad el freno ya, por favor

Mejor guiar, caramba, ese verbo de moda manido y manoseado por la pseudopedagogía. Pues guiemos, por supuesto, pero guiemos en el objetivo que fortalezcan su autonomía personal. Este es un gran momento para eso. Con calma. Sin dejarlos tirados. Pero sin tratarlos de imbéciles.

Porque no lo son. Necesitan que estemos pendientes, pero no que les demos todo tan mascado una y otra vez, no que sigamos respondiendo sin pedir un mínimo de reflexión a preguntas que ya vienen respondidas en los enunciados. Por ejemplo.

Y por supuesto, no necesitan que les demos todo mascadísimo a sus padres, como les reclaman estos a los tutores y los tutores a nosotros, que lo único que hacemos es repetirles lo que ya le hemos dicho por la plataforma a los niños para que así sus padres les digan... haz eso...

Yo mismo incurro en ello, solo estoy pidiendo una reflexión. Es verdad que con un confinamiento en casa lo último que queremos causar es estrés. Y si las familias quieren detalles, se los damos amablemente.

Solo pido que que tengan claro si esos detalles son para los niños o para ellos mismos.

La misma paciencia que pido para los profes.

Pero pido también a mis compis que no echen más leña al fuego dejándose llevar por una presión que, en realidad, se la imponen ellos mismos ante todo. Entre otras cosas, porque no quiere ser juzgado a posteriori. O por la adicción al trabajo, como contaba. O una mezcla...

Y que las familias sepan que la gran mayoría, que también estamos confinados, estamos poniendo toda la carne en el asador con la mejor de las intenciones. Con nuestros palos de ciego, como ellos.

Para todos, familias y profes, es la primera vez que nos confinan... Aire, joder.

Que para ser coordinador, animador, organizador, debemos primero estar coordinados, estar animados (o, por lo menos, no estresados) y tener tiempo para organizarnos. Algunos también tenemos hijos, por cierto. Otros están encerrados en vete a saber qué condiciones personales.

Gracias por leer. Y mucho ánimo.

Pero como primera condición para el ánimo, calma.

Tomaos esa calma como un deber más en vuestro confinamiento.

Y si no te sientes capaz de primeras, que yo tampoco, pues asómate a Twitter, que los del #claustrovirtual te animamos por aquí😉