Thread by @DiegoFonsecaDF

¿Hilo? Cuerda, más bien:

1/
Un gobierno llega al poder en México con voto sólido, mayoritario, de millones de personas esperanzadas. Pero tiene los tics de gobiernos que, con esas mismas esperanzas, producen desazones históricas que suelen calificarse de catástrofe social.

2/
Desconfío por experiencia. Las promesas son grandes —muy, demasiado, propias de una pretendida refundación. Ahora, anunciar cambios pronto es fácil —Trump, por ejemplo, hace PR con sus executive actions—, pero hacerlos sostenibles es lo que define la calidad de las decisiones.

3/
Pan para hoy, hambre para mañana sólo es negocio para un panadero eventual. Las promesas involucran miles de millones de dólares en gastos, pero no ha mostrado un plan capaz de generar esos miles de millones de dólares en ingresos para mantener, no ya reducir, déficit o deuda.

4/
¿Ahorro por combate a la corrupción? No alcanza. ¿Ahorro por recortes salariales a funcionarios? Tampoco. ¿Por vender aviones y helicópteros? Nah. ¿Aumentar impuestos? Un lío. ¿Sigo? Resumo: no hay capacidad de recaudación ni ahorro que solvente los gastos anunciados. No hay.

5/
Las soluciones mágicas hacen puf en un instante, maravillan por un tiempo, pero cuando se mira lo que quedó en el aire hay… aire.

A corto plazo, da igual: mucha gente estará feliz de recibir dinero que hoy no tiene. Pero esta película está vista, lo siento.

6/
Ahí está la evidencia del pasado: gobiernos que gastaron a cuenta para cubrir décadas de maltrato a la población se enfrentaron a) incapacidad de sostener el gasto a largo plazo o b) entregando una bomba de tiempo a sus sucesores.

7/
Es complicado cuestionar a un gobierno que apenas comienza, pero AMLO ya ha adelantado ideas —o slogans, más bien— antes de asumir. Su discurso es complaciente con las mayorías, pero de difícil encaje con los poderes fácticos. Y los poderes fácticos no son de callar.

8/
A riesgo de simplificar: si les garantizan negocios, aplaudirán; si les quitan algunos, criticarán hasta acomodarse a la nueva situación. AMLO, que no es tonto, sabe eso. ¿Pelearse con todo el empresariado? Sería torpe si así fuera.

9/
En política, el ruido es para la tribuna pública; en privado es mejor la calma para lograr acuerdos. AMLO, debe tener clara la experiencia internacional: no puede gobernar sin un bloque corporativo de apoyo. Puede estar en contra de *cierto* capital, pero no de todo el capital

10/
Desde Chávez a Maduro pasando por los Kirchner o Correa y Evo, toda experiencia de poder contestatario contrapone al viejo poder una nueva hegemonía: no desaparece el capital, se crean nuevas alianzas y nuevas burguesías.

11/
¿Quiénes serán la burguesía de AMLO que intentará desplazar —no eliminar— a la actual? Olviden la destrucción del gran empresariado; es de paleto intentarlo. Al gran capital se lo regula; en las mejores condiciones, se logra la atomización relativa de oligopolios.

12/
AMLO lo sabe. No puedo gobernar contra ellos, pero puede gobernar con ellos o gracias a ellos —y en algún caso, por ellos. Porque es astuto, digo, sabe que México necesita internacionalizar a sus empresas, como mínimo, como estrategia defensiva. Y muchos le serán funcionales

13/
Cuanto haga o deje de hacer se sentirá donde suele sentirse toda acción de poder, que tiene efecto derrama: abajo. ¿Qué sociedad civil tendrá enfrente AMLO? La oposición está pulverizada. Al PRI le tomará tiempo encontrar, si halla, un jefazo que reúna a las bandas dispersas.

14/
La opción más probable es que el conglomerado de gobernadores negocie con AMLO como nuevo hombre fuerte. Olisquearán, comerán de ahí, aplicarán el sí-jefe, esperarán: saben cuándo morder y cuándo saltar del barco. ¿El PAN? Su crisis de identidad es apenas menor que la del PRD

15/
¿Qué le queda a la sociedad civil? Frente a un gobierno sin contrapesos efectivos en las instituciones, ¿quién hace de opositor a AMLO?

16/
El surgimiento de una nueva figura aglutinadora independiente puede repetir las ventajas y problemas de otros movimientos espontáneos de experiencia internacional: flexibles, pero sin suficientes cuadros ni aparato y con experiencia limitada.

17/
Morena pudo llegar tras doce años de AMLO y adláteres trabajando en la base. Si ese fuera el tiempo mínimo necesario, ¿quién ocupa Los Pinos el próximo sexenio?

18/
¿Opción intermedia para nuevos liderazgos? ¿Sumarse a los partidos tradicionales negociando desde una posición de fuerza? Es el clásico acuerdo de transición: algo nuevo acuerda con la vieja política para transformar el futuro. (No hay revolución sin entristas ni traidores.)

19/
Pero esa opción es ardua. Los partidos todavía no han tocado fondo y buscarán auto-acicalarse. Tienen una o dos elecciones para probar si no enfrentan fracasos definitivos, las mismas que posee MorenAMLO para demostrar que es algo más que un movimiento alrededor de un líder.

20/
¿Tiene la sociedad civil capacidad de pasar de la declamación crítica o la movilización más o menos a estructurar una opción política que realmente haga de oposición a un gobierno de vocación hegemónica? La pregunta es larga; la respuesta, breve: hoy, no.

21/
Como suele suceder en política, wait & see. Todo gobierno genere reacomodos y anticuerpos. Qué balance encuentre México para ser más democrático y estable es un rascadero de cabeza que durará seis, doce o dieciocho años, por arriesgar.