Thread by @aasiain

ROMA (otro hilo)
Apenas hay reseña ROMA que no aclare: el título se refiere al barrio en que transcurre la película. Pero los escenarios son múltiples: ni los cines, ni el hotel, ni la tortería, ni la mueblería, ni el campo de entrenamiento o la hacienda están en la colonia Roma.

Lo natural, para un chilango, habría sido usar el artículo: la Roma. Omitirlo introduce una ambigüedad. Es el barrio y no. Cuando, tras el primer movimiento de cámara, vimos la bicicleta, M. murmuró: "Ladrón de bicicletas". La película que le reveló a Cuarón que había otro cine.

La referencia es consciente o no, el vínculo es real. Otro: la Roma de Cuarón, el Japón de Raygadas. ¿Saben que Tokio y Roma son equidistantes de la Ciudad de México? El Extremo Oriente: el Centro de Occidente. ¿Qué hace Buda en la Roma? ¿Por qué entrenan en japonés los halcones?

O algo mucho más obvio: la conjunción del dicho latino: “Todos los caminos llevan a Roma”, y el verso de Quevedo et al: “Buscas en Roma a Roma, oh peregrino, / y en Roma a Roma misma no la hallas”. Todos acabamos buscándonos en la infancia, pero la infancia es irrecuperable.

Lo cual describe exactamente la película: una reconstrucción obsesivamente minuciosa del pasado íntimo que al cabo termina por resolverse en un retrato inquietantemente preciso del presente colectivo. El reverso de la célebre fábula de Borges al final del epílogo de "El Hacedor".

(Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de...［...］Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto traza la imagen de su cara".
poeticous.com/borges/epilogo…)

Ya sabemos que la película abunda en reflejos, paradojas, inversiones. La primera está en el título, que, muchos lo habrán notado, es un palíndromo: AMOR. Es el tema central de la película: un amor invertido, pervertido, trastocado, problemático. Amor, con todo, al fin y al cabo.

En una de las primeras escenas, dos de los niños suben a la azotea. Cleo, que está lavando la ropa y haciendo coro a la canción de Juan Gabriel que emite la radio de transistores (doble aparte: la azotea y la canción) le advierte: “No pueden estar aquí”.

Pero los niños siguen jugando: se acechan, empistolados. Pepe sorprende a Paco por la espalda y dispara. Paco reclama:
—¡Te tenías que morir!
—¿Por qué no tú eres el que se muere?
—Porque es MI juego.
—Pues ya no quiero jugarlo.
—Pues yo no quiero que tú lo juegues, niñita.

Doble violencia: el menor es expulsado del mundo imaginario del juego y de la hermandad masculina. El mayor se va, el menor le dispara por la espalda. Luego se acuesta: juega a estar muerto. Cleo se le une, solidaria. Dos exiliados. Toma de las azoteas: serie de mundos estancos.

Poco después la familia está reunida ante la televisión y Cleo, tras recoger los platos en que han cenado, se les une. Uno de los niños le pasa el brazo por los hombros. De inmediato, la madre le pide:
—Cleo, ¿le traerías un tecito de manzanilla al señor?
Amablemente, la expulsa.

Otra escena. Están sentados a la mesa. Toño pide a su madre permiso para ir con Beto, un amigo presente, al cine. Paco quiere ir con ellos. También la hermana. Toño se niega. La mamá interviene:
—O van todos o no va nadie.
—¡No es justo!
—Si no te gusta vete a vivir a otra parte.

Otra. Toño y Paco, trabados en una pelea. Se separan, corren. Paco, sin pensar, toma un huevo de mármol y lo lanza a la cabeza de Toño, que lo esquiva.
—¡Paco, no seas idiota¡ ¡Imbécil! ¿Qué eres? ¡Lo puedes matar! ¿Qué, no piensas? Lo pudiste haber matado —dice la abuela...
(—>)

Paco se da cuenta de lo que ha hecho y se queda pasmado. Sofi se refugia en brazos de Cleo.
...
Hay más ejemplos; bastan para mostrar que la violencia y la expulsión no ocurren sólo entre la familia y Cleo, sino entre los padres, entre padres e hijos, entre hermanos. Y más allá.

Nadie diría que entre los hermanos no hay amor. Pero he leído a más de uno afirmar que no puede haberlo entre la empleada y los patrones, que la adopción de la familia vicaria es falsa por fuerza, que las relaciones de poder son lo opuesto al amor. Las cosas son menos simples...

En el amor hay relaciones de poder. Las hay en la familia. Y hay amor aun entre amos y esclavos. Es perturbador, es inquietante, es difícil de aceptar. Tanto como aceptar que de una relación jerárquica puede surgir un vínculo amoroso. Roma explora abismalmente esas paradojas.