Thread by @phenobarbital

A mi madre le pasó lo mismo y se regresó a Venezuela, ella tenía una rutina de recibir visitas, tomar un taxi e ir a la asociación de jubilados de la UCLA a hablar con amigos y recibir a familiares, o largas llamadas a amigos.
era su vida y forma de ser ...
Pero ... 🧶

https://twitter.com/vanessavenezia/status/1167852043421306885

Pero ya nadie la visitaba, muchísimos amigos se han ido, sus hijos se le han ido, no había taxi en Barquisimeto que la llevara que no costara varios sueldos mínimos y si lograba ir, era para escuchar las historias de compañeros jubilados desnutridos, sufriendo penurias o muertos

No podía recibir a nadie, porque todo lo que le enviamos se convertía en gasto en cuestión de horas, 3 veces intentaron entrar para robar en su casa, vivíamos en constante zozobra, pasaba horas sin luz, meses sin teléfono fijo, sin nadie a quien llamar ...

Su casa se convirtió en un cascarón vacío dónde nuestros padres se convierten en fantasmas de nostalgia, añorando en los rincones un pasado que se fue, y por desgracia no volverá.

Mi padre, otro nostálgico, lo que a cualquier anciano es normal, caerse y darse un golpe, ocurrió en medio de un mega apagón, atendido en un hospital sin luz, la única forma de hacerle una tomografia era bajarse con 2000 dólares en efectivo para prender la planta de una clínica.

Y entonces terminas muerto en el piso de un hospital, colapsado por enfermos sin medicinas y sin luz, los dólares que reunimos para el tratamiento sirvieron para poder cremarlo en un país sin luz y fue lo que pidió la funeraria.
Nada es normal en Venezuela

Porque esa Venezuela a la que tus padres añoran no existe, por más ahínco con que la anhelen no regresará y por favor, también sean realistas, un país tan dañado como Venezuela necesita décadas de recuperación, muy probablemente ninguno de nuestros padres lo verá, hágale entender

Como colofón de la historia mi madre no aguantó y decidió regresar, puso un poco de empeño en acostumbrarse, también la ayudamos más a adaptarse
Hace unos días estaba bailando boleros en un concierto público y gratuito en la plaza del pueblo.
Aún con nostalgia, pero bien y feliz.