No la conté hace dos años porque me parecía una apología al crimen, pero creo que ahora vale como anécdota. Ahí va.
Si alguien necesitaba un "aventón", la U se lo daría.
Pero al hacerlo lograron ayudar a muchas personas. Incluso, cuando se desató el rumor de los asaltos en la noche, ellos cuidaban que los brigadistas estuvieran a salvo.
¿Qué pasaría si ellos, y nosotros, nos juntáramos para negociar cómo se hace una mejor ciudad?
Fin de la anécdota.