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Tal día como hoy en 1506, moría Felipe I de Castilla en Burgos. Su muerte ponía de relieve las grandes diferencias de etiqueta entre la corte castellana y la borgoñona. Dentro hilo!
Vidriera Ntra. Sra. de la Santa Sangre de Brujas. Victoria&Albert Museum.
Vidriera Ntra. Sra. de la Santa Sangre de Brujas. Victoria&Albert Museum.
Padilla recoge la carta que dirigió el Doctor Parra al "apesadumbrado" Fernando el Católico, informándole de los últimos momentos de su amado yerno:
"En las cinco horas que allí estuve, vi á la Reina mi Señora estar allí contino mandando lo que se hiciese...
"La Corona Partida"
"En las cinco horas que allí estuve, vi á la Reina mi Señora estar allí contino mandando lo que se hiciese...
"La Corona Partida"
...y haciéndolo, y hablando al Rey y á nosotros, y tratando al Rey con el mejor semblante, y tiento, y aire y gracia, que en mi vida ví muger de ningún estado”
Laethem (atr.), Entierro de Felipe I el Hermoso, 1506, Château de La Follie (Eucassinnes)
Laethem (atr.), Entierro de Felipe I el Hermoso, 1506, Château de La Follie (Eucassinnes)
Santa Cruz nos da una visión muy pintoresca de sus exequias:
“…muerto el rey D. Felipe tomaron sus criados su cuerpo y lo pusieron á la usanza de Francia sobre un tablado, que mandaron hacer, en una gran sala en casa del Condestable, do posaba; […]
“…muerto el rey D. Felipe tomaron sus criados su cuerpo y lo pusieron á la usanza de Francia sobre un tablado, que mandaron hacer, en una gran sala en casa del Condestable, do posaba; […]
[…] y después de le haber vestido y ataviado de muy ricos vestidos, le sentaron en una silla Real, como si estuviera vivo.”
Parece raro pero también lo hicieron con Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en 1515.
Parece raro pero también lo hicieron con Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en 1515.
Zurita, en cambio, nos da una visión más cercana a los ritos funerarios franceses:
“… a las cinco mandó sacar el cuerpo a una sala, y ponerle sobre una cama muy rica, vestido de una ropa de brocado forrada en armiños: y en la cabeza una gorra con un joyel: y sobre los pechos...
“… a las cinco mandó sacar el cuerpo a una sala, y ponerle sobre una cama muy rica, vestido de una ropa de brocado forrada en armiños: y en la cabeza una gorra con un joyel: y sobre los pechos...
… una cruz de piedras preciosas muy rica: calzado con sus borceguíes, y zapatos a la flamenca. Desta manera aderezado le sacaron a la cama sobre una tabla […] y estaba ya embalsamado, según el uso de Flandes: y allí se comenzaron a hacer sus exequias. […]
Esta ceremonia, extraña en Castilla pero no en Francia ni en Inglaterra, ponía de relieve, no el cuerpo mortal de su Soberano, sino su cuerpo inmortal, asociado indisolublemente a su naturaleza regia. Porque el Rey no muere nunca.
Le roi ne meurt jamais.
Le roi ne meurt jamais.
