Hace unos años atrás, cuando cursaba el Doctorado de Ciencias Políticas en la #UCV trabajamos en una cátedra las estrategias usadas por la Izquierda Latinoamericana para aprovechar las oportunidades que ofrecen los sistemas democráticos para hacerse de un espacio, fortalecer
su ideología, penetrar entre los más pobres y los intelectuales amantes de las utopías, etc. Esas estrategias se fueron renovando con el tiempo, y pasaron a ser un verdadero 'plan' usado por estos grupos para luchar por el poder, obtenerlo y MANTENERLO a como dé lugar. Así se
desplegaron en una batalla por la conquista de los gobiernos de la región usando herramientas concebidas por años por los cerebros de Cuba, del Foro de Sao Paulo, y de otros poderosos miembros de la izquierda mundial. En paralelo, muchos dirigentes, partidos y asociados se fueron
vinculando con las organizaciones criminales transnacionales que buscaban vías para operar sin las amenazas de la aplicación de la justicia, por lo cual se dispusieron sobornar políticos, comprar la seguridad de sus operaciones criminales. Y lo lograron en muchos países.
Luego se inició otra etapa que permitió que políticos, gobiernos, partidos se unieran a las Organizaciones Criminales Transnacionales (OCT) para manejar parte de los negocios ilícitos, servirse del crimen, y lo más importante: Garantizar el financiamiento de sus actividades
políticas lo que les permite obtener y MANTENER el poder.
Una parte de la izquierda #LATAM trabaja en función de objetivos concretos, con estrategia clara y dentro de una enorme red mundial que les permite ayudarse entre sí cuando lo requieren. Si observan el escenario actual
Una parte de la izquierda #LATAM trabaja en función de objetivos concretos, con estrategia clara y dentro de una enorme red mundial que les permite ayudarse entre sí cuando lo requieren. Si observan el escenario actual
podrán concluir que las viejas y las renovadas estrategias les han dado resultado. Estamos frente a una nueva etapa que puede conllevar a un retroceso mayor al que se ha visto en estos años. Subestimar al enemigo sigue siendo una regla que en muchos casos no puede ser superada
debido al enorme peso que tienen los compromisos de los actores que están en el ruedo político. Mientras tanto la mayoría sigue a la deriva, inmersa en una crisis ( en una burbuja con tinte ideológico en ocasiones), arrastrando las terribles consecuencias del nefasto populismo,
del clientelismo, de la cultura de la limosna, de la visión improductiva del sistema. Los que realmente creen en una alternativa real para enfrentar las OCT deben trabajar en conjunto para cambiar el estado de cosas. No hay tiempo que perder
