Hoy voy a hablar de impresoras 3D. Es una tecnología que me interesa y voy vigilando. Y lo usaré como ejemplo para hablar de innovación en general: les voy a enseñar a juzgar si una innovación está madura, o aún le falta para alcanzar su máximo esplendor. Dentro hilo!
Todos los inventos cruzan la Curva de Gartner, marcada en rojo en esta imagen. Primero, aparece una nueva tecnología. Todo el mundo habla de ella, se produce hype (entusiasmo). Frecuentemente está inmadura, y tras el pico de hype, muchas tecnologías suelen caer. 
Cruzan el valle de la decepción: las empresas trabajan duro, y a base de pulir y centrarse en la vida de los usuarios reales, pasamos del entusiasmo/hype a la productividad, la tecnología explota una segunda vez y realmente llega a la masa. Pensemos en Internet, por ejemplo
Internet existía desde los 50. Era una tecnología brillante, pero al señor de la calle no le resolvía ningún problema real, del mismo modo que un aspirador por ejemplo sí lo hacía. En los 90, se inventa la WWW, y ese mismo señor de la calle dijo “ahora sí me interesa”.
En cosa de seis meses, Internet había explotado. Siempre sucede así. O sea que, cuando analicen una tecnología, recuerden esta curva, y coloquen la tecnología en una de 4 etapas: o es una tecnología que aún ni existe, o es una tecnología que ilusiona pero es inmadura…
O está en medio de la decepción, o ya está en fase de adopción masiva. Por ejemplo: la proyección volumétrica es el primer caso (ni existe). La impresión 3D (veremos por qué) está en la fase de alta ilusión. La realidad virtual está en la fase de decepción (prometía mucho…
…pero la revolución de la VR no triunfó y aún se preguntan qué salió mal), y la carne vegana está en la fase de adopción masiva (hablaremos de esto la semana que viene). Esta curva es un arma brutal de análisis. Aquí pueden ver dónde están algunas tecnologías actuales:
O sea que siempre piensen en qué falta: falta desarrollar la tecnología? Falta desarrollar la usabilidad? O falta desarrollar las aplicaciones prácticas que la hagan imprescindible al hombre de la calle? Respondan esa pregunta, y sabrán el valor de cualquier innovación.
Volvamos a la impresión 3D. Como hago siempre, me gusta vivir las cosas en primera persona, así que me compré una Prusa Mk3 hace unos días. Parece que es una de las mejores impresoras de consumo que hay por ahí. Aquí, mi juguetito:
Para colocarla en la curva, me hago algunas preguntas: está la tecnología suficientemente madura? Es decir, al usarla pienso “esto es la leche, funciona bien, y va a cambiar el mundo”? Para mí, la respuesta es rotundamente sí. La impresión 3D está técnicamente lista.
Hoy en día puedes imprimir en casa infinitos materiales, colores, acabados, de forma fiable. Los precios son razonables (entre 150 y 600€ por la impresora), la usabilidad es bastante decente, y la experiencia de usuario es bastante intuitiva. Imprimir en 3D es muy chulo.
La segunda pregunta es: puede explotar masivamente? La respuesta es: depende. En estos momentos, a un usuario tecnófilo como yo, le llevó media hora hacer su primera impresión en 3D. Y en dos semanas he leído cientos de mensajes de foros y visto vídeos de Youtube.
Admitámoslo: una impresora 3D no tiene el potencial de masificación de una Playstation, ni su facilidad de uso. Es un cacharro sofisticado. Pero, por otro lado, la experiencia de uso es cojonuda, y la tecnología funciona de fábula. Cuál es el problema que la frena entonces?
Para mí el problema es que falta la chispa final: necesita la aplicación que haga que todos nos compremos una. En su día, todos nos compramos el móvil para podernos enviar mensajes y fotos de gatos. La pregunta es: cuál es el equivalente a la foto de gatos de una impresora 3D?
A esto en terminología de inversiones se le llama la “killer app”: ese caso de uso que hace que algo se vuelva imprescindible, salga en prensa, y todo el mundo se compre uno. La WWW en el caso de Internet. Whatsapp en el caso de los móviles. Tiene que ser algo altamente deseable
Cuál es esa experiencia totalmente deseable que me hará comprarme una? Tener una impresora 3D mola, mucho. Pero es poco útil como para volverse masivo. Pero eso no es mala cosa: si lo comparamos con la Realidad Virtual, para mí la impresión 3D está más avanzada.
En la VR, tenemos una tecnología aún sin pulir: hay que eliminar los cables, hay que hacerlo más intuitivo de usar, etc. La impresión 3D para mí está más madura. Tiene killer apps en sectores nicho, pero necesita una global, para el usuario corriente. Les pongo ejemplos:
Un equipo del Hospital Virgen del Rocío en Sevilla conecta impresoras 3D a un TAC. Imprime corazones en 3D. Así, el cirujano ve en 3D aquello que va a operar, ensaya los movimientos y operaciones, y es más rápido en la operación real reduciendo riesgos.
juntadeandalucia.es/presidencia/po…
juntadeandalucia.es/presidencia/po…
Qué decir de la gente como ayudame3d.org, que fabrica prótesis para gente a la que le falta algún miembro. Claramente, en el ámbito de la medicina las impresoras 3D ya han explotado. Lo que me falta es una aplicación igual de buena para el hombre o mujer de la calle.
No pasa nada si no surge: en este caso, este tipo de productos se convierten en nicho, el segmento Prosumer. Ahí está las cámaras réflex, los equipos de alta fidelidad, etc: productos que no son super-masivos, pero que tienen un público leal con alta capacidad de gasto.
O sea que, si son como yo, y les interesa el tema, céntrense en esta pregunta: vale, una impresora 3D es la leche, y técnicamente funciona francamente bien. Pero… para qué sirve? Cuál es esa aplicación que haría que yo necesite usarla todos los días?
Si la encuentran, tienen un diamante en bruto. Piensen que no hay nada más potente que una tecnología a la que ha llegado su momento. El terreno está bien abonado: empresas como Prusa están vendiendo impresoras como churros, y eso genera un caldo de cultivo…
… donde empresas pueden descubrir esa aplicación mágica. Además, al ser relativamente baratas, la barrera de entrada es baja para que start-ups investiguen sobre ellas e inventen nuevos productos. En resumen: la tecnología es buena, y el contexto, también.
Eso es todo por hoy. La semana que viene, hablaré de carne vegana. Creo sinceramente que va a ser el tema del año. Les dejo con una gráfica del valor en bolsa de Beyond Burger, una de las empresas líder. Habla por sí misma. Y recuerden darle al RT / Like / Follow para seguirme.
