¿Queréis saber lo que es el PODER con mayúsculas?
PODER es vivir en la Roma del s. XVI.
Es apellidarse Farnese.
Tener a Tiziano de pintor de cabecera y contratar a .J. Barozzi da Vignola para que te haga esto.
Nos vamos a la villa Farnese in Caprarola.
Dentro hilo!
PODER es vivir en la Roma del s. XVI.
Es apellidarse Farnese.
Tener a Tiziano de pintor de cabecera y contratar a .J. Barozzi da Vignola para que te haga esto.
Nos vamos a la villa Farnese in Caprarola.
Dentro hilo!
Esta imponente construcción en la provincia de Viterbo es está a medio camino entre la fortaleza y la villa de recreo. Fue encargada en 1520 por el cardenal Alejandro Farnesio, -uno de esos casos gloriosos en los que se es cardenal 26 años antes que cura- a Sangallo y Peruzzi.
Los dos enorme arquitectos diseñaron un baluarte defensivo pentagonal. Antonio da Sangallo, el Joven, ya estaba ducho en estas tareas, pues de su mano también era la Fortezza di basso florentina para la no menos imponente familia Medici.
La Italia del siglo XVI era un auténtico avispero, por lo que los palacios urbanos y las villas de recreo se alternaban con las fuertes construcciones defensivas.
Aquí vemos, también de los Farnese, las ciudadelas de Parma y Piacenza, ducado instituido en su hijo mayor Pedro Luis
Aquí vemos, también de los Farnese, las ciudadelas de Parma y Piacenza, ducado instituido en su hijo mayor Pedro Luis
Sí, quien fuera nombrado Papa como Paulo III en 1534 había dado al mundo tres vástagos y varios nietos. Entre ellos, este guapo mocetón que luce el rojo como nadie, perejil de todas las salsas: el cardenal ¡Alejandro Farnesio!
(¿otra vez? Sí, otra vez).
Nonno y nipote by Tiziano.
(¿otra vez? Sí, otra vez).
Nonno y nipote by Tiziano.
En 1559, ya muerto el Papa, su nieto retoma el proyecto de Caprarola. El premio se lo lleva Jacopo Barozzi da Vignola que incardinará la idea de baluarte con la de villa renacentista, levantando un magnífico palazzo pentagonal que gira en torno a un cortile circular.
Subido a un promontorio, domina la población a sus pies. Ha de asombrar, intimidar, hay que dotar a su fachada de ingreso de un sentido escenográfico.
¿Qué hacemos, Jacopo?
Tirar las casas del Borgo que estorben la visión.
¿Qué hacemos, Jacopo?
Tirar las casas del Borgo que estorben la visión.
¿Cómo salvamos el desnivel?
A este problema ya se había enfrentado Bramante en el cortile del Belvedere vaticano: con terrazas, rampas y escaleras. Aquella magistral solución bramantesca de 1505 no sólo encontró su reflejo en la escalera dorada de Diego de Siloe (1519-1523)...
A este problema ya se había enfrentado Bramante en el cortile del Belvedere vaticano: con terrazas, rampas y escaleras. Aquella magistral solución bramantesca de 1505 no sólo encontró su reflejo en la escalera dorada de Diego de Siloe (1519-1523)...
También Vignola retomará esta escalera de doble rampa, haciendo dos versiones de la misma: recta y curva.
El templo de la Fortuna Primigenia seguía retemblando de gusto en Palestrina ante tales homenajes.
El templo de la Fortuna Primigenia seguía retemblando de gusto en Palestrina ante tales homenajes.
Pero si el aspecto exterior era poderoso, el interior era un cántico angélico a las virtudes de la familia Farnese.
La escalera regia era una nueva cita clásica a Bramante y su escalera vaticana. Aquí la vemos, revolucionaria pero austera. Clasicismo frente a manierismo.
La escalera regia era una nueva cita clásica a Bramante y su escalera vaticana. Aquí la vemos, revolucionaria pero austera. Clasicismo frente a manierismo.
Vignola, mirando a Bramante, levanta su escalera dotándola de ritmo a través de las columnas pareadas dóricas. El arquitecto conoce el lenguaje clásico y lo lleva a su máxima expresión extrayendo de él todos su potencial discursivo en beneficio de una idea: el poder.
El efecto es fulminante porque conquista un elemento no mensurable ni tangible: la luz.
Para ello, remata el cilindro de la escalera con una bóveda semiesférica, colocándola sobre un tambor con exedras abiertas por las que la luz entra y se derrama por los muros.
Para ello, remata el cilindro de la escalera con una bóveda semiesférica, colocándola sobre un tambor con exedras abiertas por las que la luz entra y se derrama por los muros.
Ni siquiera los motivos decorativos del cilindro están escogidos al azar. ¿Qué colores predominan? Sienas, blancos y amarillos dorados. Esto es, los colores de la luz.
El palazzo está distribuido en varias plantas, quedando las salas más importantes o de representación en el piano nobile. Todas ellas con fastuosas decoraciones al fresco, haciendo alusión a la nobleza, antigüedad y poder de la dinastía Farnese.
Mirad la Sala del Mappamondo.
Mirad la Sala del Mappamondo.
Pero el corazón del palazzo, el centro del orgullo, el esplendor y el poder de los Farnese es, sin duda, la Sala dei Fasti Farnesiani. Tenían una en el palazzo Farnese urbano de Roma tremendamente salvaje de Salviati y los Zuccari (hoy la disfruta el embajador francés en Roma)...
También los hermanos Zuccari se encargan de desarrollar todo un programa iconográfico en esta sala de las glorias.
Allí se dan cita Francisco I de Francia, Carlos V, la paz de Niza, la entrada en París... la paz en suma.
Allí se dan cita Francisco I de Francia, Carlos V, la paz de Niza, la entrada en París... la paz en suma.
Y siempre protagonistas, artífices de esta paz que propugnaba el Humanismo irenista, la familia Farnese.
