Aunque el gran encanto del presidente en su comunicación política ha sido lucir campechano y "auténtico" para su público, aquí hay varios elementos que no cuadran.
1) Usa una pose donde se le ve cansado: apoyado en su lado derecho.
1) Usa una pose donde se le ve cansado: apoyado en su lado derecho.
2) Podría ayudar a su narrativa personal (se la vive trabajando), una mesa de hotel con papeles, aunque hubiera ayudado más a una imagen de profesionalismo una computadora... y sería útil en caso de teleprompter.
3) Inicia su mensaje a la nación con si narrativa personal. Puede servir a quienes creen que trabajar es hacer acto de presencia, pero por Dios: es una crisis y se esperaría un mensaje de certeza y unidad.
4) Hablar de la crisis porque le llegó información de la CDMX da a entender que nunca estuvo al tanto de nada.
5) Si el mensaje era transmitir certeza y unidad, se pierde entre la vaguedad y la improvisación. Hay momentos donde uno siente que tiene a alguien que le dice qué decir en señas, como cuando primero se frota las manos y luego calibra: le están diciendo de lavarse las manos.
6) No dice nada que no hayan dicho políticos y gobernadores, lo cual hace que pocos terminen un mensaje de 15 minutos que, con algo de preparación, se pudo haber dicho en 4.
Insisto: su encanto ha sido su apariencia de "auténtico", pero este es un momento de crisis y pueden requerirse otras capacidades y mensajes. Veremos qué sucede.
#Realpolitik101
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