Ayer leí una fascinante historia con todos los componentes para un hilo divertido: tesoros ocultos, tecnología, fe, milagros y ¡vikingos! Si quieres, te la cuento en este #HiloDelBluetooth 
Seguro que sabes qué es el Bluetooth, una de esas maravillas tecnológicas que usamos a diario ya casi sin darnos cuenta. Tus auriculares, el manos libres de tu coche, el ratón de tu ordenador o tu altavoz inalámbrico funcionan con este sistema.
Básicamente es un protocolo de comunicación entre dos dispositivos que permite que estos se comuniquen y se sincronicen a través de ondas de radio.
Pero ¿de dónde viene el nombre de Bluetooth (diente azul en inglés)? El responsable de este misterioso nombre es este ingeniero informático de Intel, Jim Kardach.
En 1997, su jefe le preguntó si sería capaz de dar con una solución para dotar de comunicación inalámbrica a un portátil y él se puso manos a la obra.
Pero no trabajaba solo, porque su empresa se asoció con Ericsson, IBM, Nokia y Toshiba, que por aquel entonces representaban aproximadamente el 60% del mercado de portátiles y móviles.
Entre todas montaron un grupo sin ánimo de lucro que impulsara el desarrollo de la deseada tecnología inalámbrica. Pero claro, eran empresas rivales y en las conversaciones saltaban chispas. Ericsson desconfiaba de Nokia; y Toshiba e IBM no se podían ni ver.
Al ser su empresa la más “neutral”, le dejaron ejercer el liderazgo en ciertas parcelas como en la de elegir el nombre y fue aquí donde Kardach tuvo la gran idea de bautizar la nueva tecnología con el nombre de un rey vikingo.
El nombre corresponde a este personaje, Harald Bluetooth, que fue rey de Dinamarca y de Noruega a finales del siglo X, y que era uno de los protagonistas del libro que estaba leyendo en aquellos días el ingeniero de Intel
Reinó en Dinamarca desde el año 958 y también en Noruega desde el 970 hasta su muerte en el 986.
Hay quien afirma que el nombre de diente azul se le atribuyó por haber padecido la enfermedad hemolítica del recién nacido, una afección que hace que los dientes se tiñan de un color azulado.
Aunque lo más probable es que provenga de una evolución de su apodo: “Blåtand”. Harald no era el prototipo de hombre nórdico, la gente lo llamaba “Blå” por su piel y pelo oscuros, y “tand” que significa gran hombre. Al traducirlo al inglés, “Blåtand” se interpretó como Bluetooth
La historia de Bluetooth ha vuelto al candelero recientemente, tras la noticia del descubrimiento, por parte de un joven aficionado a la arqueología, de un tesoro que probablemente ocultó en su huida tras perder una batalla frente a su hijo Svend Tveskæg.
Pues bien, en el año 960, el rey Harald recibió la visita del monje frisio Poppo enviado por el pueblo germano para anunciarle el Evangelio de Jesucristo y moverle a conversión.
Nuestro Bluetooth desconfió del sacerdote y le dijo que, si ese Dios existía, podría protegerle cuando él le pusiera un hierro al rojo en la mano. Según la leyenda, el sacerdote accedió y no sufrió daño alguno
Desde ese instante, Harald se convirtió al cristianismo. Fue bautizado él y sus dos hijos y todo su reino abrazó la fe cristiana. Esta imagen recoge el momento de su bautismo.
¿Y qué tiene que ver la conversión de Escandinavia con la tecnología Bluetooth? Ten un poco de paciencia que ahora viene.
Déjame antes que te explique por qué el símbolo del sistema Bluetooth que ves en la pantalla de tu móvil y en tantos dispositivos hace referencia a este rey cristiano.
Para diseñarlo se eligieron las runas (letras del antiguo alfabeto escandinavo) de las iniciales del rey. La ‘H’ y la ‘B’ de Harald Bluetooth.
El dibujo de la segunda resulta más familiar, una ‘B’ compuesta de una línea vertical y sendos triángulos adosados, mientras que la primera consiste en una línea vertical cruzada por un aspa. La confluencia de las dos runas da como resultado el logo de bluetooth.
Cada vez que veas este logo a partir de ahora recordarás este hilo ¿eh?
Volviendo al principio, ¿Por qué pensó Jim Kardach que el nombre de Bluetooth le venía bien a esta tecnología?
En primer lugar, como dijimos, las empresas que participaban en el proyecto no se llevaban bien y dos de ellas, Nokia y Ericsson, eran de países nórdicos como nuestro rey. La primera, Finlandesa; y la segunda, Sueca.
Y una de las acciones por las que Harald Bluetooth pasó a la historia fue por contribuir a la paz entre los distintos clanes vikingos. Propagando la conversión al cristianismo durante su reinado, logró unificar a las tribus danesas y noruegas.
¿Qué mejor que el nombre de un hombre de paz para nombrar el fruto en común de las distintas “tribus” tecnológicas que pugnaban por sus intereses comerciales a finales de los 90?
Pero es que además ¡Boom!💥 esta nueva tecnología servía para poner de acuerdo dos dispositivos, para poner en sintonía dos máquinas distintas sean cuales fueran sus fabricantes. ¡Es una metáfora de la comunión que logró el rey Harald Bluetooth y el cristianismo!
Si la comunión entre máquinas nos es tan necesaria hoy en día, ¡Cuánto más la comunión entre los hombres!
Cada vez que tu manos libres te diga que está conectado, acuérdate de la importancia de sintonizar con el otro; con el que tienes más cerca en primer lugar, y con los más alejados después.
Sonríe y piensa en historias de vikingos, de milagros con acero al rojo, de tesoros escondidos y de dientes azules.
Gracias a @_anamedina_ por animarme a escribir este hilo y a @pablogbej de cuyo blog he tomado gran parte de la información. #FinDelHilo #HilodelBluetooth
