Thread by @Toussaint1917

Síntesis crítica sobre sistema monetario, capital monetario, productor de interés y capital ficticio en "El Capital" (libro III, sección quinta, partes primera y segunda).

Tema que, como se podrá comprobar fácilmente, tiene implicaciones ideológico-políticas de gran calado.

Lo primero que Marx analiza es dónde reside el carácter enigmático del capital productor de interés, que representa la expresión más elevada del capital como fetiche automático. Sus movimientos trascienden los del capital real.

Por ello, "[e]l movimiento característico del capital en general, el regreso del dinero al capitalista, el regreso del capital a su punto de partida, recibe en el capital productor de interés una figura totalmente externa, disociada del movimiento real de que sirve de forma".

En el capital que produce intereses, la cesión y la devolución derivan de una transacción jurídica. Como bajo cualquier forma de capital, refluye a las manos del capitalista monetario como suma revalorizada del capital inicial (ΔD = variación-incremento del capital inicial).

Marx explica que es la enajenación lo que transforma el préstamo-dinero en enajenación del dinero-capital (o capital-mercancía). ¿Qué es el valor de uso que el capitalista monetario enajena al prestarlo al capitalista productivo? ¿Y en qué difiere la mercancía-capital del resto?

La irracionalidad (aparente) del interés como precio del capital. La valorización del capital productor de interés es inseparable de la cuota de ganancia media del capital.

De hecho, Marx afirma que la cuota media de ganancia es "el límite máximo absoluto del interés”, sin olvidar que esta forma de capital es la más exteriorizada del capital (pone como ejemplo el anticipo del capital como transferencia de este del prestamista al prestatario).

Sin entrar demasiado en la ingente y compleja casuística que Marx expone de relación entre tipo de interés y cuota de ganancia, sí merece la pena rescatar al menos esto: (la idea de tomar prestado como medio de pago y no de compra en las crisis económicas es crucial)

Además de explicar cómo se calcula la cuota media del interés, Marx pone en cuestión que exista algo similar a un "tipo natural de interés".

Aquí ya empieza Marx a profundizar en la tesis de que el desarrollo formidable del sistema de crédito bajo el capitalismo, en contraste con el punto de vista pequeñoburgués, es una palanca de acumulación con consecuencias revolucionarias. Pero esto para el final mejor.

Es importante comprender que las diferencias entre interés y ganancia (ganancia de empresario, dirá Marx, para diferenciarla de la ganancia que incluye el interés del capital) se dan en el marco de un sistema de crédito cada vez más desarrollado y concentrado.

Y he aquí, poco a poco, cómo se va desplegando el carácter objetivamente revolucionario, desde el punto de vista histórico, del capital monetario bajo el modo capitalista de producción: concentra y organiza cada vez más la producción social.

Partiendo de la premisa de que el interés aparece y es en su origen, y en la actualidad, una expresión de la ganancia del capital, el capitalista monetario encarna la propiedad real del capital antes y fuera del proceso de producción. Es su máxima externalización y fetichización.

Dicho de otra forma, el interés expresa el valor en general, como "trabajo objetivado en su forma social general", que en el proceso real de producción "se enfrenta como un poder autónomo a la fuerza de trabajo viva", el medio para hacerse con trabajo no retribuido.

Pero el capital que genera interés (prestamista) no se opone directamente al trabajo asalariado, sino al capital en funciones (prestatario). Si el prestamista representa la propiedad del capital, el prestatario representa la función del capital.

La antítesis ya no es, por tanto, ganancia de empresario-trabajo asalariado, sino ganancia de empresario-capital prestamista. La relación entre cuota de ganancia media y tipo medio de interés es inversamente proporcional.

Marx explica que el capitalista productivo se ve a sí mismo como "obrero" en cuanto que es función del capital, y no propiedad real; su ganancia se le aparece como salario (salario de vigilancia), obviando que, aunque sea en funciones, como capitalista es extractor de plusvalor.

Con la entrada en escena del desarrollo insólito del capital productor de interés, la pirámide clasista se complica, pues ahora hay un explotador de fuerza de trabajo en funciones que representa al capital monetario. La plusvalía es entonces interés y ganancia de empresario.

Si "el interés es una relación entre dos capitalistas, no entre capitalista y obrero" (Marx obvia el caso del proletario endeudado con el capitalista, cuyo desarrollo posterior a gran escala no pudo ver), el capitalista industrial es un "funcionario" del capitalista monetario.

Es ahora cuando el renano, al referirse al capitalista industrial como "obrero" del capitalista monetario, introduce el par dialéctico "trabajo de explotación-trabajo explotado", quizá bastante desconocido en general. ¡Y tanto que el capitalista productivo trabaja...!

El armazón teórico que va montando Marx en el libro III llega hasta el punto del capital financiero (antes ya habló de bancocracia, aunque no es exactamente lo mismo), desarrollado sobre todo a fines del siglo XIX, como capital rentista en el imperialismo.

Así, el capital social productivo, que ha ido funcionando cada vez más con capital prestado (de hecho, ningún capital puede plantearse si quiera operar en el mercado sin dicho aporte externo), es cada vez más función de supervisión y dirección, estando fuera la propiedad real.

Decía al principio que las tesis teóricas e ideológico-políticas que se desprenden del análisis científico-económico presente en el libro III de "El Capital" son de gran trascendencia. Una de ellas: el capitalista aparece como una figura cada vez más superflua e innecesaria.

En cuanto a la esencia del capital productor de interés, es bajo esta forma como el capital reviste su ser más externo, absurdo y fetichista. Su fórmula general pasa a ser D-D' (dinero que crea más dinero, valor que se autovaloriza), sin mediación como en el capital productivo.

Por eso argumenta el camarada de Engels que el capital aparece aquí como forma sin contenido, como forma exterior que se fundamenta a sí misma. O, dicho de otra forma, el capital

Gracias al desarrollo sin precedentes del capital productor de interés bajo el modo de producción capitalista, el capital en general aparece como un gran Moloch, una gigantesca máquina que chupa trabajo vivo y que sacrifica todo lo existente en aras de la valorización del valor.

Al interrogarse sobre el papel del crédito en la producción capitalista, Marx llega a un punto clave, de enorme relevancia política, al estudiar la formación de las sociedades capitalistas anónimas. Extrae tres conclusiones fundamentales. La primera:

La segunda: la concentración y centralización creciente del capital va socializando cada vez más, bajo la forma capitalista, el capital, haciendo que de privado devenga en social. ¡Una base objetiva para la revolucionarización consciente-subjetiva del mundo que el capital crea!

Y tercera: el capital en funciones se transforma en "mero director, administrador de capital ajeno", y el capital como propiedad en "mero propietario, en simple capitalista monetario". Se opera así una transformación radical del capital que se intensifica con el imperialismo.

La conclusión subjetivo-política a partir del análisis científico-objetivo es crucial. La ganancia aparece como "apropiación de plustrabajo" o "propiedad ajena frente a todos los individuos que intervienen realmente en la producción, desde el director al último jornalero" (!).

Y, lo que es más importante aún, al calor de la expansión de las sociedades anónimas (que llega a su punto culminante con el capital financiero, la fusión del capital bancario y del capital industrial), el desarrollo capitalista emerge como antesala histórica del comunismo.

Es "la eliminación del modo capitalista de producción dentro del propio modo capitalista de producción" (!), que reproduce una "nueva aristocracia financiera", pero que, al no superar su contradicción intrínseca, la exacerba. Todo el fragmento es brutal de principio a fin.

Resultado: la hipertrofia cada vez más preponderante del capital ficticio, causa y efecto a la vez de la hiperconcentración del capital y de la "expropiación en la escala más gigantesca".

Al hablar de las cooperativas obreras, Marx, preso de su época también, plantea que del viejo modo de producción surge "naturalmente" otro nuevo (en este caso, el comunista). En potencia y objetivamente es así, pero solo puede ser acto de forma subjetiva. ¡Balance...!

En este punto Engels hace una parada decisiva, añadiendo que el desarrollo acrecentado del gran capital en forma de sociedades anónimas genera las condiciones objetivas para la socialización —aún capitalista— de la producción social.

Desplegando el poder creciente de los monopolios y oligopolios, dando un nuevo cariz a la competencia entre capitalistas. Así explica Engels el complejo proceso de desarrollo embrionario del capitalismo en su fase imperialista:

Volviendo a Marx, el sistema de crédito es, además de palanca de sobreproducción, especulación y crisis, no hace más que

Por ello, en oposición a los enfoques pequeñoburgueses, reformistas, proudhonianos o fascistas, para Marx y Engels, el sistema de crédito, las sociedades anónimas, la "bancocracia", etc., constituyen la tendencia objetiva hacia la socialización real de la producción.

Es el carácter bifacético, dual, del sistema de crédito, el cual, al desarrollar al máximo el capitalismo, desarrolla al mismo tiempo las condiciones objetivas para su superación histórica. De nuevo, si no hay revolución es por la incapacidad subjetiva de la vanguardia.

Hablar de capital ficticio es hablar, ¡y cómo de importante es hoy más aún si cabe!, de la importancia descomunal de los títulos de deuda pública, de las acciones sobre el capital, los derivados financieros, etc. Es el sujeto automático en su esencia más pura y mixtificadora.

Capital que teje una descomunal red de sojuzgamiento, dependencia e interdependencia de unos capitales y Estados respecto a otros, mayor todavía en la era del imperialismo capitalista tardío. Capital cuyos títulos, retornando a Marx...

Y eso que Marx no pudo conocer, aunque sí prefigurar en sus fundamentos básicos, el crecimiento desmesurado del capital financiero, cuyo paradigma de mayor de desarrollo, junto con China, se encuentra hoy en los Estados Unidos de América:

Pero sí pudo, como digo, exponer que, conforme progresa el modo de producción capitalista, aumenta inexorablemente el peso del capital ficticio, de "los capitalistas que se retiran", de los rentistas y banqueros...

Para terminar, Marx, para ejemplificar cómo el capital ficticio encarna el mayor grado de fetichismo y automatismo del capital, refiere que es la fe la que santifica la existencia monetaria de las mercancías...

(La mayor religión del mundo moderno, la del Dios capital.)

Y hasta aquí. He dejado fuera, como punto más importante, el capítulo dedicado por el revolucionario alemán a la génesis del capital monetario y la usura (XXXVI). Si lo sintetizo en otro hilo para otro momento, creo que se verá la enorme enjundia política que contiene.

Y si alguien quiere leer esta síntesis en forma de hilo de la sección quinta del libro III de "El Capital", aquí se puede leer en un formato más agradable:

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