Thread by @Manuj_Hidalgo

Ayer leí en un hilo algo que se suele repetir: “que a los funcionarios se les paga con el dinero de otros” y “que por ello, deben estar agradecidos”.
Muchos firmaríais esta afirmacion, pero en mi opinión tal aseveración refleja un claro error de enfoque. Hilo

Lo del agradecimiento lo dejamos mejor para otra discusión.
Si nos ponemos en este plan Bezos, Ortega y el pescadero de mi barrio deberían estar agradecidos que con NUESTRO dinero ellos puedan vivir. ¿Veis el punto?

Como veis, centrar solo en los funcionarios este argumento es, simplemente, absurdo. De nuevo confundimos valor de bienes y servicios reales con transferencias monetarias.
Es como decirle a un policía “deberías estar agradecido por poder vivir gracias a nosotros”. Como si el

policía no tuviera nada que aportar y por supuesto nosotros nada que agradecer.
Por lo tanto, tal afirmación es absurda.
Y aquí es donde voy a la materia. La principal diferencia entre los bienes y servicios que se suministran mediante el mercado o la administración es el modo

en cómo el sistema interpreta las preferencias de los consumidores-ciudadanos sobre qué necesidades hay que satisfacer y cómo hacerlo. No si unos mantienen a otros, ya que esto sucede tanto por la vía de mercado como por la vía de bienes y servicios públicos.

Lo cierto es que el mercado es el mejor sistema para realizar esta interpretación en multitud de los casos. Por un lado tenemos las preferencias y, por otro, unas restricciones tecnológicas + recursos escasos. La confrontación en el mercado de ambas genera una distribución de la

producción de los bienes y servicios siendo los precios el mecanismo (podríamos usar la idea de algoritmo para traer el mensaje al día de hoy 😅) que asegura que todo se hará del modo más eficiente.

En el gráfico del anterior tuit se representa el problema y cómo el mercado se supone que actúa. Lo he sacado de economics.utoronto.ca/jfloyd/modules…
Es el ejercicio más simple, pero básicamente dice que si los precios son flexibles el mercado se encarga de ofrecernos la óptima

solución a nuestros problemas de satisfacción de nuestras necesidades. Ojo, que sea la óptima significa que nadie puede mejorar a partir de ahí sin que alguien empeore.
Esto, que nos viene a decir que el mercado nos ofrece la mejor solución, es cuando hacemos supuestos

muy potentes por su comportamiento. Que estos supuestos no se cumplan no significa que el mercado no nos ofrezca la mejor vía para encontrar el “mejor” punto, pero que sí podremos actuar para encontrar un punto satisfactorio mejor que dejando simplemente trabajar al mercado.

Aquí entran los “fallos” del mercado. Son muchos: externalidades, bienes públicos, asimetrías, información incompleta, mercados financieros no completos...
En todo caso, y a pesar de sus imperfecciones, el mercado es la base mejor para satisfacer nuestras necesidades

En él acudimos con NUESTRO dinero, obtenido gracias a la creación de VALOR para intercambiar nuestra RIQUEZA creada y “monetizada” por dichos precios y por la existencia de una moneda por otros bienes que satisfagan dichas necesidades.

Gracias a NUESTRA riqueza acumulada, otros pueden vivir. De esto trata el mercado. Todos vivimos GRACIAS a lo que otros producen y tienen a bien intercambiar.
¿Cuál es el error de esa afirmación? Creer que esta es la diferencia entre lo privado y lo público.

Como hemos visto, gran parte de nuestras necesidades la satisfacemos acudiendo al mercado. Pero no todo es posible.
Como he señalado, hay fallos y, uno de ellos, es la existencia de bienes públicos para los que no hay mercado.
También, las sociedades tienen preferencias

en las que basa su visión de valores y conceptos para las que el mercado no puede convertirse en la solución o no daría el óptimo.
Estas preferencias colectivas son tratadas de satisfacer mediante la organización de un sistema que resuelva tales demandas.

Para ello el mecanismo debe ser otro al de mercado, por lo que los precios o bien no existen o bien no juegan el mismo papel que en el mercado y el mecanismo de “intercambio” de RIQUEZA se impulsa en gran parte mediante la coerción (impuestos). Sí, riqueza también en lo público.

https://twitter.com/Manuj_Hidalgo/status/1075334672358486016

Y aquí está el meollo de todo. Las preferencias “sociales” son difícilmente traducibles. Cada uno tenemos la nuestra, que suelen coincidir más o menos con las de otros que pertenecen a nuestra “tribu” ideológica, y queremos diseñar los mecanismos que las satisfagan.

Pero traducir esas preferencias es un problema en sí, a lo que sumamos los fallos del Estado. Desde un dictador que decide a las democracias asamblearias, hay muchas opciones, y el desarrollo de los estados y sus instituciones han recorrido un camino largo para llegar al sistema

“menos malo”.
Pero claro, del mismo modo q en una reunión de vecinos nunca estaremos de acuerdo en todo o en gran parte d las decisiones, en un sistema como en el que vivimos, nunca estaremos de acuerdo en todo sobre las decisiones que tomamos como sociedad, y que se validan por

sistemas más o menos democráticos. Los habrá quienes quieren más intervención pública para satisfacer sus preferencias y los habrá quienes quieran menos.
Preferencias sociales que, por cierto, solemos construir por bloques en base a nuestra ideología o posición a

priori dentro de la sociedad.
Esto da para mucho y, casi que mejor, sociólogos, filósofos, politólogos para explicarlo más y mejor.
Pero sí podemos decir que en estas ideas se engloba la diferencia básica entre bienes públicos y privados, y no en el “agradecimiento”

que otros deben pedir por nuestra “caritativa”, aunque obligada, aportación.
Fin