Con Cantalupo enterrado en la catedral, Hereford se convirtió en destino de peregrinación.
Un número de visitantes cada vez mayor.
Y el mapamundi de Hereford dominando el interior de la catedral.
Una prueba de la importancia de esta obra de arte.
Pero nos encontramos con un problema historiográfico.
Se piensa que quizás estaba en el transepto norte, o quizás en el altar, pero no son más que conjeturas. Faltan las fuentes, y el mapa fue desplazado varias veces a lo largo de los siglos.
Hay teorías para todos los gustos. Hay quien dice que se trata de un gran error, y hay otras teorías que afirman que fue premeditado, representando los continentes como si fueran reflejados en un espejo.
Quién sabe.
Fíjate en la esquina inferior izquierda. Entronizado, ordenando esa medición, no es Dios quien aparece, sino César Augusto. Emperador romano. Referencia clásica.
César Augusto como topógrafo del mundo.
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Fíjense también en la habitual sirena en aguas del Mediterráneo.
Quien observaba el mapa a finales del siglo XIII no lo veía como una guía, ni como una manera de situarse en el mundo.
Este mapamundi es, eminentemente, simbólico.
Al final, la muerte. Algo que nos recuerda a la tradición de los Memento Mori en el arte.
Pero aún encierra una gran cantidad de secretos para nosotros. Y quizás eso influye en que sea uno de los mapas más interesantes de la historia de la cartografía.