Thread by @CuadernodeLuis

Damas, caballeros, considero mi obligación hacer una #RistraDeTuits sobre la epidemia del coronavirus.

Alguien lo pidió y he creído que tenía razón. Si así puedo ayudar, ayudo.

No pretendo sentar cátedra. Sólo hagan caso a las informaciones oficiales.

Allá vamos:

Todos (repito, todos) tenemos más o menos miedo. Se nos ha echado una epidemia encima y no sabemos muy bien qué está pasando. No hay que avergonzarse de ello.

Es NORMAL.

Pero recordad: el valiente no es quien no tiene miedo, sino quien lo supera. No tener miedo es ESTÚPIDO.

Definición de estúpido, según Carlo M. Cipolla:

El estúpido es quien hace daño a los demás y se hace daño a sí mismo.

Y ahora mismo no necesitamos estúpidos.

Si te dicen que te quedes en casa, te quedas en casa.

Es lo mejor para ti y lo mejor para los demás.

Lo de escapar de la ciudad es una estupidez y de cobardes. Imagínate que extiendes la epidemia, o que, sin saberlo, te metes en la boca del lobo.

#QuédateEnCasa

Quedarse en casa es bien.

Sabed que además de quedarse en casa, tenéis en vuestras manos armas poderosas para vences al jodido coronavirus:

AGUA y JABÓN.

La cubierta de nuestro enemigo está hecha de grasa (lípidos) ¿y qué peor enemigo de la grasa que el jabón?

Lavaos las manos con agua y jabón, ANTES de salir de casa y al ENTRAR de nuevo. Lavaos antes y después de cocinar, de comer, de trajinar cosas.

Bien lavadas, las manos. La palma, el dorso, los deditos. Cantad el "Cumpleaños feliz" lo menos dos veces cuando lo hagáis.

Si tenéis que salir para ir a comprar comida o medicamentos, manteneos a distancia del vecino.

En esta batalla, la estrategia es evitar que el coronavirus pueda saltar de una persona a otra.

Si toses o estornudas (¡Jesús!), ve con cuidado.

Tápate boca y narices con la parte interna del codo.

No vayas echando coronavirus por ahí.

Quedarse en casa puede ser una paliza, pero no hay que dejarse vencer.

Cuida de tu higiene y de la limpieza de la casa. Dúchate, aféitate, limpia... Eso es bueno tanto para la salud como para la moral de la tropa.

Márcate una rutina, no te abandones. No te enganches todo el día a las redes sociales o a los videojuegos. Haz cosas diferentes, como leer o escribir un dietario. No te lo publicará ninguna editorial, pero te ayudará a sobrellevar la cuarentena y lo podrán leer tus nietos.

Escucha música, si puedes, pero sin molestar a los vecinos.

Es muy importante mantenerse en contacto con la gente que te importa: amigos, familia, novios o novias... Animaos los unos a los otros.

Si vas a comprar, no seas ESTÚPIDO.

No acapares, no arrases con los estantes del supermercado. ¡Deja para los demás!

Compra lo que necesites. Todo lo demás se lo estás arrebatando a alguien que quizá lo necesite más que tú.

Atención:

Si tienes síntomas (fiebre, tos, malestar general, te falta fuelle al respirar), avisa a las autoridades sanitarias y haz lo que te digan.

Obedece.

Sobre todo, que no cunda el pánico. Mantened la calma. Esto no es una película de zombies, es la realidad, y la realidad nos pide que actuemos unidos, que colaboremos todos y pongamos nuestro granito de arena para ganar esta batalla.

Y la ganaremos.

Aprovecho para señalar a toda esa gente que trabaja para ayudarnos y que está realizando grandes sacrificios: personal sanitario, policía, la gente que trabaja en los supermercados, en los servicios públicos...

Sed amables con ellos. Sed pacientes. Agradecédselo.

Y una cosa os digo: vamos a ganar esta guerra.

Que la batalla sea más larga o más corta dependerá de todos nosotros. Es el momento de colaborar y darse ánimos, de demostrar quiénes somos en verdad.

Sobre todo, haced caso a las cuentas oficiales.

Y ya está.