Thread by @JaviHipo

Mourinho nació como primer entrenador a finales del año 2000. Hijo de ex jugador y entrenador, sus escuelas futbolísticas habían sido la portuguesa, la británica y la holandesa. Estuvo con Robson en Portugal y Barça, y luego con Van Gaal entre 97-2000 en el club azulgrana.

Cuando el presidente João Vale e Azevedo solicitó a Mou para ser segundo de Heynckes en el Benfica 99/2000, sabía lo que este podía dar como ayudante. Van Gaal le había dado galones, incluso dejándolo dirigir partidos. Aconsejado por Louis, Mou rechazó ser 2o: solo sería titular.

Empezada la 2000/01, Heynckes perdió dos partidos, uno de UEFA, y Vale e Azevedo decidió prescindir de él con solo cinco citas disputadas. Llamó a Mou para que tomase su lugar, pero la prensa filtró que el presidente quería a Toni y a él de segundo, lo que le hizo dudar.

Finalmente no fue así, y le ofertaron el banquillo. En el primer contrato, exigió que su ayudante fuese Mozer, y no el aconsejado del club Jesualdo Ferreira. Libre de contrato tras la salida de Van Gaal del Barça, Mourinho se embarcó así en su primer banquillo empezada la campaña

La planificación no había sido suya, por lo que tocaba adecuar la plantilla a sus ideas. Sus ideas, por supuesto, eran un híbrido del fútbol mamado de Portugal y Robson y Van Gaal en España. Mou dijo que no haría revoluciones, pero que retocaría esquema, hombres y conceptos.

¿Cuáles eran las ideas del Mourinho que nacía como entrenador?
- juego posicional, alto ritmo de pases, líneas juntas, apertura y altura de los laterales en fase ofensiva (raíz holandesa)
- interiores mixtos, box to box / Vértigo y velocidad, rupturas atacantes (raíz británica).

- Defensa zonal de cuatro con laterales altos en posición y llegadores (raíz británica y portuguesa)
- Posibilidad de marca al hombre delante de la zaga (raíz holandesa)
- Defensa hacia delante, en campo rival, asumiendo riesgo /Cierre de zona centro en repliegue (raíz holandesa)

- Pretensión de dominar la posesión, presión alta para recuperar balón, el contragolpe solo como opcional, no como primer plan (raíz holandesa).
- Compensación de perfiles en las distintas líneas del campo.
- Predilección por medios con capacidad de tránsitar (raíz británica).

Esas fueron algunas de las premisas iniciales de los equipos de Mourinho. Equipos que pretendían ser protagonistas, con el balón como referencia. Para él, como dijo, los esquemas eran secundarios, ya que lo importante eran “los principios del juego”.

Tras ser presentado como “un entrenador joven, con una escuela interesante” el 20 de septiembre del 2000, Mourinho empezaría perdiendo contra el Boavista a domicilio y cayendo eliminado de la UEFA con un empate a dos insuficiente acto seguido. Necesitaba tiempo.

Aquel Benfica tenía una buena plantilla. A su llegada, el mediapunta Dani estaba lesionado, el veterano español Chano se estaba recuperando y Marchena estaba en los JJOO de Sidney, donde España perdería la final a finales de septiembre. En los 10 partidos que dirigió, varió cosas

Preguntado sobre la posibilidad de jugar con 3 defensas, al estilo del primer Van Gaal azulgrana, Mou dijo que no era viable, que eran muchos e innecesarios riesgos. Poborsky era la estrella. Mou conversó con él y dijo estar dispuesto a jugar tanto en el costado como por dentro.

En el trayecto, Mou puso en funcionamiento el sistema 4-4-2 en rombo con mucho juego interior y laterales altos, puntualmente el 5-3-2, con el retraso a la zaga del pivote Fernando Meira y el 4-3-3 con bandas. Pero la pretensión siempre fue la misma. Estos son algunos ejemplos:

Tuvo incidentes con varios hombres importantes, a quienes trató de concienciar reprimiéndolos y luego dándoles protagonismo. Tuvo 4 capitanes. El Mou psicólogo se vio desde el primer día. Maniche le desobedeció en un entreno, lo apartó y luego, tras motivarlo, fue indiscutuble.

A Marchena le costó entrar en el equipo tras los JJOO, y declaró que quizá se había precipitado eligiendo el Benfica con otras ofertas. Al final, acabó titular. El delantero Sabry dijo que con Mou no jugaba en su mejor puesto, y el técnico aprovechó para hacer distintos apuntes:

“Sabry no puede ser el 10 del Benfica. Frente a Os Belenenses tuve que pasar a Miguel al centro porque había perdido 5 bolas seguidas. Además, el número de fueras de juego que le señalan es absurdo. (...) no sabe que cuando el rival está en posesión tiene que cerrar el interior”.

Los conceptos tácticos ‘vangalistas’ los tenía muy asimilados. Daba libertad creativa a determinados jugadores en ataque (Dani o Poborsky), pero las labores posicionales y de ayudas eran innegociables. También dijo, tras perder, que quien no fuera intenso no jugaria: puro Mou.

El equipo empezó a engrasarse. Pero a su llegada las urnas a la presidencia estaban abiertas, y coincidiendo con la victoria ante el Campomaiorense de finales de octubre, Manuel Vilarinho salió presidente. Vilarinho dijo que Mou seguiría, pero que el año siguiente llegaría Toni.

Mou siguió dirigiendo, y de los últimos cinco partidos ganó cuatro (los tres últimos) y perdió uno. Sabedor de que no contaban con él, aprovechando la victoria 3-0 frente al Sporting de la J13 jugada el 3 de diciembre, tensó la cuerda y exigió la renovación del contrato otro año.

Entre la espada y la pared, el presidente se vio obligado a prescindir de Mourinho, dado que este había dicho que o renovaba o se iba. Así acababa, brusca pero dignamente, su primera aventura. 6 victorias, 3 empates y 2 derrotas en sus poco más de dos meses en el Benfica.

Para la temporada siguiente, Mou aceptaría el cargo en el União de Leiria, equipo de nivel medio pero que le permitía hacer una planificación a su medida. Y la hizo. Y le fue bien. Pese al nivel de los jugadores, la propuesta de juego fue la misma: ofensiva, presionante, de balón

Declas relativas a su propuesta, de los años entrenando en Portugal:
- “Los 2 centrales, el medio defensivo y el punta tienen que formar un equilibrio fijo”.
- “Jugar con 2 centrales en zona, uno manda y otro da cobertura, y ahí los laterales pueden proyectarse en profundidad”

- “No me gustan los laterales pequeños” (por los centros).
- “No me gusta jugar con dos medios fijos por delante de la defensa”.
- “Necesito lo que en Inglaterra llaman ‘box to box’ player”.
- “Tener un buen posicionamiento defensivo, formar bloque compacto con líneas juntas”.

- “Contratar jugadores para el contragolpe no tiene sentido. Como hacemos presión alta, no tiene sentido tampoco tener defensas grandes y lentos, lo más importante es que puedan cubrir el espacio a las espaldas”.
- “Me gusta tener la posesión del balón, hacerlo circular rápido”.

- “Me gusta que mi equipo tenga un juego posicional muy bueno y que los jugadores sepan claramente cómo han de posicionarse”.
- “El equipo seguirá los mismos principios jugando en 4-4-2 que en 4-3-3. Hay centrocampistas que adoptan posiciones profundas o abiertas: es indiferente”

Mourinho contrató jugadores propios para su plan, entre ellos llegaron el mediapunta técnico brasileño Silas, del Ceuta o el ariete Jaques, ex Betis y Rayo. Derlei fue el crack. En el União planificado se vieron el 4-4-2 en rombo y el 4-3-3 vistos en todo Mou.

Como en el Benfica, a Mourinho, quien se presentó como un entrenador “evolucionista”, le costó que sus jugadores se adecuasen a los modernos y exigentes mecanismos. El ritmo había de ser altísimo, tanto en entrenos como en partidos. Los resultados fueron llegando poco a poco.

En relación a las alineaciones, aquí Mou sí las tuvo más claras. Alternó entre el 4-4-2 en rombo (más inicia) y el 4-3-3 (con la entrada de Jaques como tercer atacante nato para finales de octubre). La zaga fue inamovible. Ese fue el primer União de Mou, en dibujo 4-4-2 alto:

El zurdo Éder daba salida en corto y largo. Los laterales se colocaban en línea del pivote en posesión. El equipo se adelantaba, presionaban Derlei o Maciel y los zagueros salían al corte. El pivote Leao daba paso al más físico Nuno según partido. João mantenía y Tiago transitaba

El imaginativo Silas tenía libertad creativa en 3/4, incluso de movimientos. Cuando se cansaba, podía relevarlo el más potente João Paulo. Mou decía que quería suplentes distintos. Los dos delanteros, al estilo holandés, percutían el área, y se cambiaban posiciones según tramos.

“El dibujo dependerá de la forma en que el adversario juegue”, explicó Mou. El estudio del rival era siempre pormenorizado, y según el nivel podía variar el esquema para, dentro de su estilo, minimizar al oponente. Ya con Jaques, el esquema usual pasó a ser este 4-3-3:

Siempre con el equipo condensado (se nota la influencia de Sacchi en los entrenadores formados en los noventa), y con la zona central poblada. El tridente ofensivo brasileño sumó más de 40 goles a final de curso, con Derlei destacado con 21 tantos. Pero Mourinho no lo acabó...

La fecha 19 dejó un empate ante el Santa Clara, que hacía el séptimo del curso. Las solo tres derrotas y las nueve victorias fueron simples datos que apoyaban el juego del União. A finales de enero de 2002, el Porto, tras rescindir a Octavio Machado, llamó a la puerta de Mourinho