Thread by @BoixRichter

Martes, 4 de setiembre de 1922. Tres adolescentes han abierto unas concreciones calcáreas que les impedían el paso y se atreven a enfrentarse a lo desconocido. La oscuridad absoluta de una cueva a la que nadie había entrado en 15.000 años.

Son André David de 16 años, su hermana Marthe, de 13, y Henri Dutertre de 15, aprendiz en la granja de sus padres. Dentro se quedan estupefactos ante el espectáculo a la luz parpadeante de sus velas. Acaban de descubrir las pinturas de Pech Merle.

En una pared tuvieron una visión inquietante de dos caballos serenos. La cabeza de uno de ellos está pintada en el afloramiento de la piedra, como si el caballo se estuviese materializando. Saliendo de la roca. Corrieron al pueblo.

Al igual que otros niños del área, estos tres habían sido animados en sus exploraciones por el padre Amedee Lemozi, el cura de Cabrerets. Un arqueólogo aficionado que ya había descubierto otros pinturas rupestres en la región.

Estamos en el departamento francés de Lot, cerca de los Pirineos. El nombre “Pech Merle” es de origen occitano, donde “Pech” significa “colina”, y “Merle” hace referencia a un pájaro: el mirlo. Así pues, estamos en la colina del mirlo.

Dentro, en las paredes de siete de las cámaras de la cueva, hay pinturas rupestres que representan a mamuts lanudos, bóvidos, renos, manos y caballos. Caballos de un sólo color y caballos manchados a topos.

La fauna representada es la propia de la Edad de Hielo. La fauna con la que convivieron aquellos humanos antes de que la cueva quedase en desuso y la lluvia y la tierra sellaran la entrada hasta el siglo XX.

Pero hay un detalle en la fauna representada que ha intrigó durante mucho tiempo a los arqueólogos: los caballos. Los caballos moteados que se parecen sorprendentemente a la raza actual Appaloosa de Estados Unidos.

Las pinturas de los caballos tienen una antigüedad de aproximadamente 25.000 años. La duda de si existían o no caballos moteados en esa época hizo pensar que quizá no eran representaciones de la realidad sino que tendrían algún significado simbólico.

El pelaje moteado de los caballos, se denomina “complejo de leopardo”, y está determinado genéticamente. El responsables de este patrón están vinculados a anomalías en los ojos que afectan a la visión de los animales.

Fue el Phillip Sponenberg, quien en 1982 describió el gen responsable: Lp (Leopard Complex), como un gen autosómico y dominante. Eso significa que sólo es necesario que el caballo tenga un alelo [Lp] para que se manifieste el patrón de manchas.
academic.oup.com/jhered/article…

Los caballos no moteados son homozigotos [lp/lp]
Los caballos heterozigotos [Lp/lp] tienen muchas manchas.
Curiosamente, los caballos homzigotos [lp/lp] presentan usualmente pocas manchas.
onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.111…

El mismo gen está vinculado a la ceguera nocturna. El gen codifica una proteína que se encuentra en la retina y la piel. Una proteína que canaliza los iones de calcio, un factor clave en la transmisión de los impulsos nerviosos.
academic.oup.com/bfg/article/9/…

Pero además, los caballos Appaloosa tienen otros problemas oculares como la uveitis recurrente equina que puede acabar provocando ceguera si no se trata. ¿Es posible que sobreviviera individuos así antes de su domesticación?

Esa era la gran duda de los arqueólogos. En 2009 apareció un trabajo que parecía disipar sus dudas. Arne Ludwig, Melanie Pruvost y otros estudiaron los genes de la coloración del pelaje de caballos antiguos, antes de su domesticación.
science.sciencemag.org/content/324/59…

Lo que encontraron fueron caballos predominantemente negros o monocromos. Nada de manchas. Concluyeron que la mezcla de colores y los patrones manchados aparecieron después con la domesticación del caballo.

Aquellos que creían que los caballos moteados era una “creación artística” reafirmaron sus posturas. Los caballos que André, Marthe y Henri habían descubierto en 1922 nunca existieron. No fueron reales.

Pero no todos pensaban igual. Las representaciones de animales en el arte rupestre es común en la zona. Aparece al menos en 40 cuevas de la región francesa de Dordogne-Pçerigord y otras tantas en España a lo largo de la costa cántabra.

Pero más allá de la región occidental, los animales aparecen en las cuevas bosnias de Badanj y en las rusas de Ignatieva y Kapova. Los caballos aparecen representados en la mayoría de sitios.

Son la especie más representada entre las 30 especies de mamíferos identificadas en las pinturas rupestres de la época.
cambridge.org/core/journals/…

Su aspecto suele ser bastante naturalizado, aunque algunos aspectos parezcan caricaturizados, todo el mundo puede ver en ellos un caballo. ¿Por qué debería ser distinto con los colores?

Los caballos de la mayoría de las cuevas son de colores pardos, marrones o negros. Colores uniformes en consonancia con lo descrito por los genetistas. El pelaje machado de Pech Merle parece poco probable para los caballos paleolíticos.

Sin embargo en 2011, Melanie Pruvost, Rebecca Bellone y otros investigadores se propusieron comprobar si llegaron a existir o no caballos moteados, con una muestra mayor a la usada en 2009.

Para analizaron los genes del color del pelaje de 31 caballos fósiles de Siberia, Europa oriental, occidental y la península Ibérica. La mutación Lp responsable del patrón manchado “leopardo” apareció en 6 de los 31 caballos.

Encontraron también caballos negros y grisáceos, todos ellos bien representados en el arte rupestre europeo. Al final, los datos parecen apoyar la hipótesis de que se trataba de representaciones realistas.
pnas.org/content/108/46…

Los hombres del paleolítico no soñaron con caballos moteados y dotaron de manchas a los caballos de Pech Merle con un fin simbólico o transcendental. No al menos, distinto al de los otros animales representados.

6 de 31 no es poca representación, para tratarse de una mutación vinculada a problemas congénitos de ceguera nocturna. Algunos apuntan a que podría ser una razón por la cual los caballos salvajes se extinguieron hace tiempo.

No es fácil decir de una muestra tan pequeña si eran muy comunes o no, pero “raros” parece ser que no eran. Los puntos negros representados soplando pigmentos sobre la pared no tenían significado mágico.

El estudio genético demuestra que los artistas del paleolítico pintaban lo que veían, pero no sólo eso, sino que también era una muestra expresiva e imaginativa del animal representado.

El arte rupestre es el nacimiento de la mente humana tal y como la conocemos, donde los estudiosos pueden apreciar que los humanos de entonces pensaban, sentían y creaban de manera similar a nosotros.

En la observación de la naturaleza y su representación comienza la ciencia. También lo hace el arte, la religión y la mitología. Reales o irreales, los caballos descubiertos por aquellos tres adolescentes dan muchas pistas de nuestros orígenes.

Muchas gracias por adentraros en el agujero hasta aquí abajo.

Hay un error, el 3er grupo es el homozigoto [Lp/Lp], que aún teniendo 2 copias del alelo Lp presenta menos manchas que los heterozigotos.