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Breve hilo sobre la rebaja de calificación de Fitch Ratings a la deuda del gobierno mexicano, que pasó de “BBB+” a “BBB”, esto es, un escalón en la clasificación. Importante: con “BBB” se mantiene un nivel por arriba del denominado “grado de inversión” (1/5). 
Esa calificación aplica a los bonos emitidos internacionalmente por México bajo la denominación de United Mexican States, y por ello conocidos como bonos UMS. La calificación es obviamente una referencia esencial para todo inversionista que considera adquirir bonos (2/5).
La reducción por sí misma ya es un problema. Lo grave es la principal causa de esa baja: Pemex. La paraestatal necesita de cantidades gigantescas de inversión para cumplir las ambiciones de López Obrador de aumentar significativamente la producción durante su sexenio (3/5).
¿Qué dice el pasado reciente? Que los últimos cuatro gobiernos invirtieron enormes cantidades, sin frenar la caída en producción: 303 mil millones de dólares en 20 años. No hay razones para esperar que con AMLO será diferente. El pesimismo tiene fuertes fundamentos (4/5).
Pemex es un barril sin fondo, y AMLO propone arrojar más dinero bueno al malo. Por eso la empresa afecta las finanzas públicas. Por ello la rebaja de Fitch, que un día puede llevar la deuda de México al grado “basura”, provocando desbandada de inversionistas y una crisis (5/5).
