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Se me había quedado esto en el tintero y quería comentarlo (que no responderlo) porque tiene miga. De entrada, no hay _ningún dato_ que sustente la afirmación, pero como demagogia es oro puro. Su desarrollo es menos.
Cuando dices totum revolutum te quedas corto: el proceso (más datos con Vandana Shiva, la diosa del ecofeminismo y la mejor negociante del dolor después de Teresa de Calcuta) es que la culpa de todo la tienen la ciencia, el capitalismo, el patriarcado y el omnivorismo.
Vandana habla (y gusta mucho) de la relación privilegiada de lo femenino con la naturaleza, que produce riqueza sin destruir ni hacer ciencia, a diferencia de quienes explotan lo natural, lo rechazan y tienen el caduco modelo del materialismo. Mola cantidad si te da por el reiki.
Obviamente no hay "un" ecofeminismo. Lo hay desde el razonable (feministas preocupadas por el medio ambiente) hasta el ultraesotérico. Y precisamente lo flexible del término permite la creación instantánea de héroes, villanos, víctimas y emociones nivel noob.
Y, finalmente, las reivindicaciones razonables se disuelven homeopáticamente en el pack completo de una cosmovisión paranoica: para ser ecologista tienes que ser cierto tipo de feminista, anticapitalista, animalista, antivacunas, antitecnología y ciclista, entre otas cosas.
"La revolución será como yo te diga o no será". La afirmación tiene tanto peso específico que no necesita sustento fáctico. Lo veo como otra forma del populismo barato que sustituye al pensamiento por ser mucho más rentable no sólo en lo político: permite vivir de él muy a gusto.
