La mejor forma de mantenerla en niveles óptimos consiste en secuenciar los aprendizajes progresivamente, de forma q limitemos la cantidad de componentes nuevos q el alumno debe tener en cuenta simultáneamente para alcanzar la meta de aprendizaje.
Obviamente se trata de reducir al máximo las distracciones y, sobre todo, reflexionar bien sobre qué tipo de actividades o de información son indispensables para alcanzar los objetivos de aprendizaje y cuáles no contribuyen a dichos objetivos.
Recordemos q esta carga se produce por el mero hecho de realizar las acciones mentales q nos llevan al aprendizaje, como por ejemplo, buscar relaciones entre lo q aprendemos y lo q ya sabemos. Para ayudar a los alumnos a optimizarla, resulta útil:
Baddeley, A. (1992). Working memory: The interface between memory and cognition. Journal of cognitive neuroscience, 4(3), 281-288.
Sweller, J., Van Merriënboer, J., y Paas, F. (1998). Cognitive architecture and instructional design. Educational Psychology Review, 10(3), 251-296.