Hoy viene un hilo que seguro generará controversia. O sea que recomiendo leerlo bien, dos veces si cabe. Y ver exactamente qué dice, y qué no. Porque esto es lo clásico que podría acabar en tormenta de Twitter. En fin, al tema: la exageración del cabreo. Dentro hilo!
Estamos todos enfadados. Es el signo de nuestro tiempo: la tensión, el cabreo, el mal rollo. Es como que el mundo últimamente sólo nos ofrece “sabores” de cabreo a los que subirnos. Lo único que nos diferencia es de qué nos quejamos, no qué queremos u opinamos.
En los 60, la gente creía en un mundo mejor: tras una guerra mundial, la economía crecía. La gente compraba casas, el turismo llegaba a España. Políticos como Kennedy nos vendían un mañana ilusionante, íbamos a la Luna y los Beatles nos hablaban campos de fresas eternos.
Fijáos en el mundo ahora: quien más quien menos está enfadado con alguien. Todo el mundo se siente ofendido, atacado y discriminado. Y no entro en si tienen razón: frecuentemente sí. Pero lo interesante es la exageración del cabreo, la manufactura de estados de opinión.
Me explico: muchos de estos problemas ya existían antes. De hecho, algunos son lógicos en convivencia. O es que no había ricos y pobres? O es que no había inmigración? O es que la gente no se quejaba por cobrar poco? Nada de esto es nuevo. Nos lo venden como si lo fuese.
Fijáos que en los 60 también había problemas, no puede ser de otra forma. Que si Vietnam, que si la amenaza atómica. El mundo siempre da una de cal y una de arena. No era una mejor época. Sencillamente, la humanidad elegía guiarse por la ilusión más que por el miedo.
Y fijáos que NO digo “no tenéis razón en quejaros”: existen problemas muy serios. Lo único que estoy diciendo es, cuidado con a qué barco os subís, porque hay por ahí gente que vive de exagerar, colectivizar y fabricar cabreados. Gente muy inteligente y malévola.
El otro día, en un curso que hago, explicaban cómo propagar buenas noticias cuesta 5 veces más que propagar malas, que se contagian mucho más rápido, y el mundo moderno es un ejemplo perfecto: da la sensación de que, más allá de los problemas que hay…
… hay quien se ha convertido en agregador de males, a veces exagerándolos, y con ello ha obtenido trabajo, dinero o notoriedad. Lo hizo Trump con las elecciones, y lo vemos con una cierta frecuencia: la negatividad vende. Es el márketing del cabreo. Cabréese usted, será feliz!
Habrá quien me dirá “Dani, lo que has dicho!” “mi problema es muy gordo!” y yo les contestaré que, posiblemente, pero parámetro por parámetro, los problemas de la humanidad son una fracción de lo que eran hace un par de generaciones. Hablamos de mortalidad? Pobreza? Guerras?
Señores, que este es un mundo en el que hace 60 años se masacraron 35 millones de personas en una guerra y un pirado casi se ventila una religión entera en cámaras de gas. No, no estamos tan mal, y parece que hay quien vive del negocio de la denuncia y el mal rollo.
Creo que hay 4 causas. La primera: la globalización nos muestra los problemas de todos los rincones del mundo, y por eso todo parece más grande. No es más grande: sencillamente vemos el problema entero. Antes no te enterabas de la mitad de lo que ahora.
Ante eso, deberíamos tomar consciencia de que esos problemas que ahora vemos antes ya estaban ahí, y que por tanto NO es cierto que hayan aumentado. La segunda: las redes sociales. Propagar noticias cuesta muchísimo menos que antes, especialmente si son …
… escandalosas y sensacionalistas. Twitter es un ejemplo. La tercera, el declive de la prensa. Venden menos periódicos, y para compensar exageran todo para que cliquéis el link, los famosos click baits. Que Sánchez tenía que llamar a Torra, pero no lo ha hecho? No diremos …
“Sanchez no llama a Torra”, eso no interesa. Diremos “España y Catalunya, al borde de la fractura total”. Todas las noticias, subidas de volumen al 11. En último lugar, la competencia por la atención: en un mundo globalizado, conseguir visibilidad cuesta. Y es por eso que todos…
…tendemos a gritar mucho, a decir que nuestro problema es más gordo que el de al lado: para que nos hagan caso. Total, que lo uno por lo otro, el mundo parece un lugar negrísimo, cuando honestamente está más o menos como siempre.
Lo preocupante no es esto: es la manipulación. Como es tan fácil crear estos estados de opinión, pues se colectiviza el odio. Y tienes cosas tan absurdas como un país (España) que acaba de publicar sus peores datos de natalidad de la historia, quejándose de la inmigración.
Y cuidado, porque la manipulación ya sabemos dónde lleva. Os recuerdo cuando Hitler decía que Alemania era una gran nación que debía renacer, y que el problema eran los judíos, que acumulaban la riqueza? Cuidado, que de las opiniones salen los actos, y de ellos los desastres.
Qué hacer? Bueno, igual que el niño que crece se ha de acostumbrar a sus nuevos zapatos, sería bueno que nos acostumbrásemos al nuevo status quo, y aprendiésemos a racionalizar los problemas en su justa medida. A preocuparnos de una forma mesurada.
… no sea que alguien nos haga creer que el problema son los judíos. Y no veamos que nos están mintiendo. Si les ha gustado, les recomiendo este libro de Rosling para las Navidades. No me llevo ninguna comisión, y ustedes se llevan conocimiento infinito: amazon.es/dp/8423429962/…
Esa es mi reflexión de hoy. El mundo está más o menos como siempre. Y hay quien ha encontrado un filón en vender desastres. Analicen y sean críticos, relativicen. No dejen que les inflamen. Y si les gustó, un RT, un Like y un Follow. Y la semana que viene, otro hilo.
