Algunas voces han llamado a votar RECHAZO en plebiscito del 26 de abril de 2020 y han cuestionado en general el proceso constituyente. Han dicho que no habrían condiciones apropiadas para su desarrollo. Ese argumento es falaz y engañoso, como explicaremos a continuación... [HILO]
Sin duda, vivimos momento de alta activación social. Historia y teoría del poder constituyente indican que esto es esperable y hasta cierto punto necesario. Mal que mal, es una manera en que la ciudadanía de a pie busca involucrarse activamente en la decisión política fundamental
Es políticamente importante, sin embargo, no confundir ni engañar respecto a la magnitud de la disrupción de la normalidad que acompaña nuestro momento constituyente. Vivimos un momento de agitación social, pero no uno de quiebre y enfrentamiento social.
Así y todo, no está de más señalar que en un contexto de quiebre y enfrentamiento social contexto, sí se puede llevar a cabo un proceso constituyente eficaz y exitoso. El caso de Colombia en 1991, por ejemplo, así lo demuestra.
Nuestro proceso constituyente es institucional y fue establecido mediante reforma al texto constitucional vigente. ¿Por qué razón el contexto de alta activación social y política afectaría la realización del plebiscito pero no el funcionamiento del resto de la institucionalidad?
Sin duda, contexto social en que se debate la nueva constitución no es políticamente irrelevante. Cuando ciudadanía está protestando y marchando, correlación política de fuerzas se inclina en favor de medidas redistributivas y es desfavorable a grandes intereses económicos.
Lo extraño es que entre quienes se oponen hoy al proceso constituyente argumentando que el contexto es inadecuado se encuentran algunos que apoyaron una dictadura que impuso la actual constitución en medio de violaciones sistemáticas a los DDHH mediante un plebiscito fraudulento
También es extraño que muchos que se oponen a realizar un proceso constituyente en este contexto de agitación social se opusieron a realizarlo durante el 2º gobierno de Michelle Bachelet. Si no les parecía apropiado ni ese momento y tampoco el actual, ¿cuándo?
Por último, no debe olvidarse que es deber constitucional del Ejecutivo resguardar las condiciones políticas y sociales que permitan el desarrollo del proceso constituyente, con pleno respeto a los derechos fundamentales de todas las personas.
La ineficacia del gobierno en materia de orden público no es imputable a quienes desean una nueva constitución elaborada participativamente en democracia. El desorden social NO es un argumento válido para oponerse a la demanda por una nueva Constitución.
