Thread by @Pedro_Torrijos

Asmara es un territorio improbable. Una ciudad con cúpulas renacentistas, torres lombardas y palacios neoclásicos. Una ciudad italiana bellísima y única. Tan única que no está en Italia y tampoco en Europa

En #LaBrasaTorrijos de hoy: la Piccola Roma en África Oriental

(HILO 👇)

La historia de Asmara es tan antigua como la del cuerno de África y, posiblemente las más antigua de la Humanidad pues es uno de los lugares de donde se cree que surgió el homo sapiens.

Sin embargo, la historia que vamos a contar comienza con la colonización italiana. Y, bueno, la colonización es un fenómeno cómo poco, complejo.

Por un lado, los países colonizados perdieron su autonomía en favor de una metrópoli depredadora de los recursos naturales, además de ver transformados sus pueblos y ciudades e incluso un modo de vida la mayoría de las veces secular.

Ya sabéis, Romanos Go Home.

Pero, por otro lado, ¿Qué han hecho por nosotros los romanos? ¿Eh?

Pues en el caso de Asmara, la capital de Eritrea, les dieron una identidad única. Una identidad tan italiana como propia.

En realidad, Eritrea no fue un país independiente hasta la guerra con Etiopía que acabó en 1991. Y, de hecho, hasta 1952 el país había estado colonizado por los italianos de manera más o menos intermitente desde la última década del siglo XIX, cuando formaba parte de Abisinia.

Fue precisamente en la década de los 30 cuando el gobierno de la Italia fascista llevó a cabo una remodelación ingenieril y arquitectónica de la capital, dotándola de infraestructuras modernas: alcantarillado, accesos, calzadas.

Y ya te digo que usaban las calzadas. Las usaban hasta para hacer carreras de coches. Allí llevaron sus Ferraris y sus Alfa Romeos y sus Fiats.

Atención a esta foto de 1935 de una prueba en las calles recién pavimentadas de Asmara.

Además de los coches, también llevaron nuevos edificios.
Y digo "llevaron" porque esos nuevos edificios no podían ser de otra manera que italianos.
Como la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, que es de un neorrománico italiano que parecería levantarse en Milán

O la iglesia de Kidane Mehret, con una cúpula florentina que parece de Bruneleschi.

O las torres lombardas de la iglesia ortodoxa de Enda Mariam, construida en los 50 y casi extraída de una Emilia Romagna hiperestilizada.

Con todo, los edificios más interesante de la Asmara colonial son precisamente los más relacionados con los años 30 italianos. Es decir, con el racionalismo y el Art Deco.

Como la ACOJONANTE estación de servicio Fiat Tagliero, que es un joya de la arquitectura mundial.

La FIAT Tagliero parece pertenecer a la mejor arquitectura del primer racionalismo, como si Giuseppe Terragni no hubiese muerto en la Segunda Guerra Mundial sino que hubiese viajado al África Oriental para construir ese formidable voladizo de hormigón.

En Asmara podemos visitar el Cinema Roma, la Farmacia Centrale, el Bar Vittoria y la Casa del Formaggi.

La herencia italiana forma parte intrínseca de la ciudad. No es un añadido, es esencia.

Parece Italia, sí, pero no lo es. Porque no puede serlo. Porque la mayoría de estos edificios se construyeron en los años 30, 40 y 50 y, en la Italia de esa época, no se habría levantado una obra neolombarda o noerrenacentista.

La mayoría de los locales modestos de Italia han cambiado cien veces de propietario en este siglo y sus rótulos yhan ido sustituyéndose con el tiempo. Ya no queda prácticamente nada del Art Deco que no sea un edificio histórico o un reclamo turístico.

Pero en Asmara no.

En Asmara siguen conservando con honra las piezas del puzle de su pasado. Piezas físicas, tangibles y visibles. Piezas que parecen italianas, pero que solo persisten en este bullicioso rincón del cuerno de África.

En Asmara siguen yendo a palacios neoclásicos disfrazados de salas de cine enteladas en terciopelo rojo como en los años dorados de Cinecittá.

Y aunque en la calle hablan su lengua tigrinya natal, los asmarinos siguen usando el italiano cuando le gritan al televisor mientras ven un partido del Catania, de la Juve o del AC Milan.

Han perdido los asmarinos su identidad? ¿O es la identidad un fenómeno amalgamado? ¿Una aleación de procesos culturales e históricos?

Al fin y al cabo, es lo que ha sucedido con todas las civilizaciones del planeta. Los españoles somos producto de decenas de colonizaciones: somos romanos y visigodos y árabes. Los argentinos son mapuches y guaraníes y españoles y alemanes y sí, también italianos.

Lo que ocurre en Asmara es que la realidad se solapa de manera perfectamente visible, casi táctil. Hay una ciudad italiana que convive entretejida, vibrando pero muda en el mismo plano experiencial del ajetreo africano.

Y con esta imagen de un peluquero asmarino que, por alguna razón, podríamos imaginar que está leyendo Il Corriere de la Sera, nos despedimos de #LaBrasaTorrijos de hoy.

Espero que os haya gustado guay y, ya sabéis, se agradecen los RTs, los follows y los whiskys sin alcohol.

Nos vemos en un nuevo episodio el próximo jueves a la misma hora.

Si queréis conocer más territorios improbables, recordad que todos los capítulos de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este:

https://twitter.com/Pedro_Torrijos/status/1181954511893610496

(Fin del HILO 👆)

Las fotos del hilo de hoy han sido de:

Marco Barbon, Shane Horan, David Stanley, Eric Lafforgue, Carsten ten Brink, fresh888 y The Come Up Show (mil gracias a @Marialovessea por el aviso del precioso libro de Marco Barbon).

@Marialovessea (Y en el próximo episodio descubriremos la ciudad que recorrió Europa de norte a sur desde 1914 hasta 1918: la ciudad de las trincheras de la Primera Guerra Mundial)

@Marialovessea Coda al hilo: Asmara fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2017, tal y como nos recuerda Carlos.

https://twitter.com/samach_arq/status/1215383541397192704