My Authors
Read all threads
He aquí la segunda parte del hilo sobre el desciframiento del cuneiforme. Hoy, llegaremos hasta el momento en que se proclamó oficialmente que este peculiar sistema de escritura podía ser comprendido. ¡Vamos! ⬇️
Estamos en la década de 1830, y ya se han hecho varios avances considerables. Gracias al trabajo de Grotefend, Burnouf y Lassen ya se habían realizado las primeras lecturas de inscripciones reales de Persépolis mediante la recuperación del alfabeto que subyacía tras ellas.
Pero era necesario llegar a tierras más firmes. Los académicos habían estado trabajando sobre un corpus de textos sumamente reducido, y eso era un gran impedimento. Sin duda, se necesitaban más inscripciones y más trabajo.
Es entonces cuando entra en nuestra historia un hombre cuyo nombre quedaría para siempre asociado al desciframiento del cuneiforme. Él daría el siguiente gran paso, y sería definitivo. Era Henry Creswicke Rawlinson, llamado no sin razón “el padre de la asiriología”.
Rawlinson (1810-1895) provenía de una familia terrateniente acomodada del norte de Inglaterra, y eso le permitió recibir una formación de primera en los clásicos grecorromanos y matemática en la Great Ealing School, considerada la mejor escuela privada de Inglaterra de entonces.
De un joven de la elite inglesa se esperaba que entrara al ejército y atravesara su pomposa jerarquía hasta la cima de la misma. Henry Rawlinson vio como una buena alternativa aplicar para el servicio en la Compañía de Indias Orientales, donde las promociones eran más sencillas.
En 1827 partió de su patria y ese mismo año llegó a Bombay, donde sobresalió en sus estudios. Demostrando unas capacidades asombrosas en todo lo que hacía, pronto llamó la atención de sus pares y superiores, y despertó en ellos cierta admiración hacia su persona.
Fue por esto que en 1833 lo designaron como parte de una expedición diplomática a Persia, país en el cual Gran Bretaña comenzaba a posar sus ojos en razón de los intereses que la Rusia zarista tenía sobre él. Así, Rawlinson partió hacia el Cercano Oriente.
Durante los dos siguientes años, Rawlinson tuvo numerosas oportunidades de visitar no solo las ruinas de Persia, como Persépolis, sino de conocer las antiguas ciudades de todo Oriente, desde Turquía hasta Irak y la costa de Palestina. Y en muchos de esos lugares, se encontró con
...inscripciones en cuneiforme que llamaron poderosamente su atención. Era 1835, acaba de ser ascendido a lugarteniente con solo 25 años, y su titánica labor a penas comenzaba.
Ese año había oído sobre cierto grupo de inscripciones talladas en una roca a gran altura en el Monte Behistún, en una provincia occidental de Persia. Muchos viajeros la habían visto antes desde la distancia, pero nadie había podido acceder a ellas por su incómoda ubicación.
¿Qué empujó a Rawlinson hacia esas inscripciones? Sin duda, no sabía todavía que ellas eran la pieza faltante y clave para el desciframiento del cuneiforme. Sea por intuición, sea por obstinación, Rawlinson quiso copiar esas inscripciones e hizo todo lo posible para lograrlo.
Impedido de a momentos por sus deberes políticos y militares, Behistún tuvo que esperar hasta principios de 1836. Y la tarea era riesgosa. La inscripción estaba en un lugar particularmente complicado de acceder, y nadie nunca había intentado acercarse a ella, mucho menos copiarla
Rawlinson, en sus cartas, dice que los miedos de otros estudiosos, como la comisión francesa, estaban infundados, y que el asunto era más sencillo de lo que parecía. Lo cierto es que Rawlinson tuvo sus dificultades, pero fue exitosos en obtener una copia fiable de la inscripción.
La inscripción de Behistún era la más extensa que se poseía hasta el momento. Inmediatamente, Rawlinson se dio cuenta de que, al igual que aquellas de Persépolis, era trilingüe. Conociendo los avances hechos por Grotefend años antes, sabía que el primer idioma debía ser persa...
...y decidió comenzar por él, debido a que parecía el más sencillo de los tres. Vale aclarar que los avances en la identificación del alfabeto del persa antiguo por parte de Burnouf y Lassen le eran totalmente desconocidos. Realmente, tuvo que empezar todo desde cero.
Para 1837 había terminado sus primeras traducciones. Había descubierto un texto sumamente rico en vocabulario y signos, pues no solo había en él decenas de nombres de personas (reyes y sátrapas), sino también de lugares y los tributos rendidos por ellos.
Ese año envió su obra a la Royal Asiatic Society, pero justo antes de que se publicasen, los informes de Lassen y Burnouf sobre el persa antiguo llegaron a él. Las consiguientes y necesarias correcciones y los problemas militares de la zona retrasaron la publicación hasta 1843.
Durante los años siguientes el mundo académico se dedico a aprender todo lo que podía del persa antiguo. Esto se logró gracias a la comparación con lenguas emparentadas con él, como el zendavesta y el persa moderno. Rawlinson cosechó muchos éxitos en este sentido.
Así, fue él quien por primera vez notó que el persa antiguo no usaba un alfabeto, con sonidos simples como “r”, “k” o “d”, sino que tales sonidos siempre iban acompañados de una vocal ("ra", "ri", "ru"). Es decir, eran sílabas, lo que hacía del sistema de escritura un silabario
Por fin, el problema de cuneiforme iba resolviéndose poco a poco. Bueno, un tercio, porque todas las inscripciones en persa halladas hasta el momento iban acompañadas de otras dos lenguas, desconocidas totalmente.
La última, se venía suponiendo desde hacía un tiempo, debía ser una especia de babilónico o asirio, debido a su semejanza con los ladrillos y cilindros encontrados en los templos de Babilonia. Pero era notablemente más complicada que ese “alfabeto” de 42 signos del persa.
Estos otros caracteres no solo eran diferentes a los persas, sino también a los de muchos monumentos de Babilonia. No tenían signos para separar palabras, y su número era muy superior al mágico 42 del persa. Los esfuerzos de Rawlinson resultaron insuficientes esta vez.
Parecía algo imposible de abordar. Pero la suerte se puso del lado de la humanidad. Durante los años 50s, varias expediciones arqueológicas a la recientemente identificada Nínive llenaron el Museo Británico con una cantidad inmensa de material en cuneiforme de Asiria.
Paul-Émile Botta asumió la tarea de clasificar los cientos de signos de esta (llamado por entonces “asirio”). El resultado fue obtener la seguridad que los 642 símbolos identificados en las arenas de Asiria eran los mismos que los de la tercer lengua en las inscripciones persas.
El siguiente paso lo dio el irlandés Edward Hincks, quien aparentemente propuso al mismo tiempo que Rawlinson la lectura de los signos cuneiformes del persa como sílabas y no como letras. En 1847 publicó un trabajo en el que aseguraba que los caracteres asirios/babilonios...
...debían ser comprendidos del mismo modo. A partir de ahí, el desciframiento de este idioma que hoy conocemos como acadio fue cuestión de usar lo que se ya se sabía del persa antiguo (los valores fonéticos de ciertos signos) y comenzar a leer las inscripciones.
Fueron muy útiles las inscripciones trilingües para determinar el vocabulario acadio: conociendo el significado del texto persa, era posible interpretar el significado de los otros dos, que, se suponía, eran traducciones del primero. A grosso modo, la lógica empleada era...
...la misma usada en la lectura de la piedra Rosetta. Fue grande la sorpresa cuando comenzaron a aparecer las lecturas y significados de las primeras palabras acadias y se confirmó que el idioma en cuestión era una lengua semita, emparentada con el árabe, el hebreo y el arameo.
Comenzó la época dorada de la asiriología, y las traducciones de diversos monumentos e inscripciones no se hicieron esperar. Hasta cierto punto, podemos afirmar que la rivalidad entre los genios de Hincks y Rawlinson fue el combustible de subsecuentes avances.
Acusaciones de plagios, correspondencia espinosa, intrigas... Los dos académicos competían entre sí en la carrera por conocer el acadio. Y si Hincks tenía la ventaja de publicar rápidamente por vivir en Europa, Rawlinson tenía acceso directo a las inscripciones de Asia.
Sin embargo, y a pesar de esa enemistad académica, se apoyaron entre sí cuando la academia recibía sus descubrimientos con escepticismo. Así ocurrió cuando Rawlinson dio el siguiente paso al sugerir que cada los signos del acadio no eran solo fonemas, sino también ideogramas...
...es decir, signos que representan una idea antes que un sonido, y que, a su vez, los signos fonéticos representaban más de un solo sonido. Un mismo signo podía representar la sílaba “ri”, pero también “re” y “tal”. Hincks respaldó estas conclusiones ante la opinión general.
Pero había algo extraño en todo eso. Incluso para Rawlinson, que estaba seguro de su teoría, era como si el idioma acadio hubiese sido encajado a la fuerza en el cuneiforme.Dicho de otro modo, el cuneiforme no había sido inventado originalmente para el acadio. ¿Entonces para qué?
Para el idioma desconocido de otro pueblo desconocido. Para los etnocéntricos académicos del momento esto era un escándalo, porque implicaba que la civilización (la escritura) había sido creada por un pueblo ni ario (hoy diríamos indoeuropeo, como los griegos) ni semítico.
“¡Fantasías de los asiriólogos! ¡Extravagancias!”. La opinión general se cerró en este punto. Y ni los descubrimientos de la biblioteca de Nínive en 1854 de tablillas en acadio que afirmaban ser copias de manuscritos anteriores logró cambiar las cosas. Y es que una raza con la..
...capacidad creativa suficiente para crear la escritura no hubiese dejado ningún rastro (conocido) ni tuviera descendientes que llegaran hasta la actualidad, era simplemente inconcebible.
Pero tal civilización había existido, y el cuneiforme parecía ser su legado. Rawlinson comenzó a denominar a estos hipotéticos hombres como “acadios”. Recién luego de la publicación de un texto bilingüe en 1889 donde el escriba se refería a este idioma como “la lengua de Sumer”
...esta comenzaría a ser llamada “sumerio”, tal como la conocemos hasta el día de hoy. Aún así, los estudios de la misma fueron precoces, con la primera gramática de sumerio publicada tan temprano como 1870 por el reverendo Archibald Sayce.
Pero dejemos a este idioma tan peculiar, que bien merece un hilo propio, y retornemos a la década de 1850. Los avances en el desciframiento del acadio (por entonces, “asirio”) eran numerosos, y nuevos nombres se habían sumado. El trabajo de los lingüistas se solapaba...
...además, con el de arqueólogos como Layard, que ya empezaban a excavar por todo Oriente. Y la confluencia de arqueología y lingüística fue determinante en algunos casos: recordemos que aún quedaba descifrar uno de los tres idiomas de las inscripciones persas.
Pues bien, en los 50s las expediciones en lo que hoy es Irán ayudaron a describir más muestras de este tercer idioma, que por fin comenzó a captar la atención. Los primeros éxitos importantes se los debemos a Julius Oppert, que también estaba trabajando en el acadio.
Con el tiempo, este tercer idioma terminaría siendo conocido como Elamita, la lengua nativa de los habitantes de Susa, al sur de Persia, y una de las capitales del Imperio Aqueménida. Totalmente independiente de cualquier otra lengua desconocida, los avances serían lentos.
Persa antiguo, asirio, sumerio, elamita... Nínive, Susa, Babilonia, Nimrod, Ashur, Persépolis... Era la época dorada, “heroica”, de la asiriología. Todo estaba en marcha: las excavaciones proliferaban, las nuevas gramáticas eran publicadas y pulidas, se debatía largamente...
Todo estaba en marcha para que la asiriología y el estudio del antiguo Oriente se convirtiesen en parte esencial de la disciplina histórica. Pero había un último obstáculo que los pioneros asiriólogos debían combatir, y ya la hemos mencionado: la opinión de sus pares.
Faltaba en reconocimiento público de los éxitos cosechados, que se considerara a la asiriología algo más que una cháchara entre un puñado de hombres que bien podían estar construyendo la más grande farsa de la época. Se necesitaba una prueba de veracidad definitiva.
La oportunidad llegó en 1857. Por una feliz coincidencia (o un descuido, más bien) el debutante Henry Fox Talbot, quien ya había entablado buenos tratos con los experimentados Hincks y Rawlinson, decidió enviar a la Royal Asiatic Society una traducción de una inscripción...
...escarbada en un prisma encontrado hacía pocos años en Ashur, datada del reinado de Tiglath Pileser I. Resulta que Rawlinson acaba de enviar su propia traducción de la inscripción para que sea publicada por el mismo organismo académico. Cuando se enteró, Talbot pidió que...
...el paquete con su traducción no se abriera hasta después de publicada la versión de Rawlinson, de modo que se pudieran comparar ambas. Si los trabajos de dos hombres que habían obrado independientemente tenían considerables semejanzas, entonces no quedaría duda que...
...ambos aludían a un conocimiento objetivo sobre una lengua que de verdad existía. El asirio no sería, pues, una invención. El desciframiento sería real. A la Royal Society esto le pareció una oportunidad espléndida para comprobar la verdad de los fundamentos de la asiriología.
En una reunión, se decidió que ambas traducciones serían comparadas, como si de un concurso se tratara. Oppert, que a la sazón estaba en la reunión, pidió permiso para él también ofrecer una traducción y entrar a la competencia. Se lo dieron.
Pocos días después, llegaría a la Royal Society una carta de un ofendido Hincks, que reclamaba que no se le hubiese invitado a participar a él también. Acto seguido, el también fue incorporado a la competencia tardíamente, por lo que ofreció solo una traducción parcial.
El 6 de junio de 1857 el reporte oficial con el veredicto se hizo público. Las cuatro traducciones, pese a sus diferencias y desacuerdos (a veces muy marcados) presentaban suficientes características en común como para demostrar que había una única y real lengua detrás de ellas.
Se declaraba oficial que era verdaderamente posible leer cuneiforme y entenderlo. Que no era cuestión de arbitrariedades y de la imaginación de cada investigador. Había algo detrás, esas lenguas que todavía necesitaban ser conocidas completamente, ¡pero que allí estaban!
Se suele considerar esta fecha como el día en que se hizo oficial el desciframiento del cuneiforme. Sin embargo, no se admite tan gustosamente que eso no cambió mucho las cosas en la realidad. La opinión pública todavía estaba escéptica.
La competencia había, pues, fallado en su propósito general: que el mundo entero supiera que el conocimiento sobre el cuneiforme era posible, y no una simple conspiración. Solo con el tiempo, con nuevas investigaciones y a medida que nuevas tablillas monumentos...
...fueran surgiendo de entre las arenas de Oriente, la academia en general y la gente común comenzarían a admitir que sí, que había algo de cierto detrás de la asiriología. Así, el velo que había cubierto a la Mesopotamia durante tantos milenios comenzaría a ser corrido.
La historia del desciframiento del cuneiforme no acaba en 1857. El trabajo de miles de investigadores desde entonces hasta la actualidad han ayudado a pulir nuestros conocimientos al respecto, corrigiendo errores, respondiendo dudas, dando certezas.
Con el tiempo, se demostraría que otros idiomas habían sido escritos en cuneiforme, como el eblaíta o el hurrita. Hoy, es más fácil que nunca acceder a la enseñanza de estas lenguas, y los recursos están allí para cualquiera que se atreva a embarcarse a esta aventura.
Si no fuese posible leer cuneiforme, la historia del Oriente Próximo continuaría siendo “oscura”, como decía Hegel, y los asirios, babilonios, persas y demás, serían pueblos mudos. ¿Qué mejor forma de honrarlos hemos encontrado que devolviéndoles su voz?
Muchas gracias por leer este extenso hilo. ¡Espero que esta historia les haya resultado tan apasionante como a mí! Agradecería toda forma de difusión.
Bibliografía 📚
-A. Sayce: "The Archaeology of the Cuneiform Inscriptions"
-L. Adkins: "Empires of the Plain: Henry Rawlinson and the lost languages of Babylon"
-A. L. Oppenheim: "Assyriology: why and how?
-C. W. Meade: "Road to Babylon"
La obra de la mayoría de los lingüistas y académicos que hemos considerado está disponible sin costo en internet, sea en Google Books o en Archive.org.
Missing some Tweet in this thread? You can try to force a refresh.

Enjoying this thread?

Keep Current with Seleuco I Nicátor

Profile picture

Stay in touch and get notified when new unrolls are available from this author!

Read all threads

This Thread may be Removed Anytime!

Twitter may remove this content at anytime, convert it as a PDF, save and print for later use!

Try unrolling a thread yourself!

how to unroll video

1) Follow Thread Reader App on Twitter so you can easily mention us!

2) Go to a Twitter thread (series of Tweets by the same owner) and mention us with a keyword "unroll" @threadreaderapp unroll

You can practice here first or read more on our help page!

Follow Us on Twitter!

Did Thread Reader help you today?

Support us! We are indie developers!


This site is made by just three indie developers on a laptop doing marketing, support and development! Read more about the story.

Become a Premium Member ($3.00/month or $30.00/year) and get exclusive features!

Become Premium

Too expensive? Make a small donation by buying us coffee ($5) or help with server cost ($10)

Donate via Paypal Become our Patreon

Thank you for your support!