1/ Los medios deben ser responsables. Pero si actúan responsablemente, pierden a un gran público que se siente más atraído por los medios que hacen sensacionalismo y clickbait, así que optan por ser responsables un ratito y hacer sensacionalismo y clickbait el resto del tiempo.
2/ Nadie se ha hecho rico dando buenas noticias, se dice en EE.UU., y es cierto. Pero este equilibrio que antes era de por sí difícil se ha roto del todo con la conversión de todos los medios en empresas cuyo principal objetivo es el económico.
3/ No, los diarios no tienen que ser ONG sin ánimo de lucro, pero tampoco tener la ética de una tienda de comestibles. Y el punto medio quizá lo da el público. Por uno u otro motivo (tema para otro hilo) la gente no quiere información, sino satisfacer su sesgo de confirmación.
4/ Es muy distinto elegir un medio cuya línea editorial sea afin a la tuya a elegir a un medio que funge como cámara de eco de todas tus ideas, prejuicios, sesgos, militancias y supersticiones. Y si el público hoy quiere cámaras de eco, los medios lo están satisfaciendo.
5/ No se trata de informar más de ciertos asuntos de interés del público al que sirve el medio, sino de desinformar a gusto del cliente. Cuando los "comentarios" en los medios expresan furia porque se cubrió con seriedad una nota molesta para el público, el mensaje es perverso.
6/ La censura que no impone el estado la impone el esquema comercial en el que están insertos público y medios. Si La Razón informa sin sesgo de algo bien hecho por parte el gobierno, pierde clientes. Si Eldiario le da voz a un disidente de Podemos, pierde clientes. ¿Qué hacer?
7/ Y tenemos el eco de la cámara de eco, ejemplificado en los "directores de diarios" que pasan más tiempo tertuliando en televisión y radio que dirigiendo su medio, que además tiene poco que dirigir; no hay grandes decisiones diarias sobre cobertura, todo está precocinado.
8/ Esto da a los participantes en los medios una arrogancia que no suelen tener los reporteros o directivos de medios serios y equilibrados, que se basan en informar más que en complacer. Y esa arrogancia, compartida por el público, forma un blindaje contra toda crítica.
9/ ¿Cómo reeducar al público para que opte por leer "lo que necesita saber" más que "lo que le gusta que le digan"? No lo sé. Pero sin eso, ningún medio asumirá una posición de periodismo real, de búsqueda de la honestidad, la claridad, el equilibrio y el no partidismo.
10/ El único consuelo es saber que eso es posible, como lo demuestran medios de otros países (pienso NYT o WaPo) y al mismo tiempo lo fue en la España de la transición, cuya prensa fue ejemplar y admirada a nivel mundial (y alguno todavía vive de rentas de hace cuatro décadas).
11/11 Entretanto, vale seguir señalando el apocalipsis de medios que estamos viviendo, donde informarse resulta ya una tarea titánica en un marasmo de partidismo, márketing, publicidad engañosa y disonancias cognitivas continuas entre titular y nota, entre publicidad y realidad.
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