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La burbuja del alquiler ya alcanza dimensiones planetarias. En Estados Unidos, nunca se había destinado tanto dinero a pagar rentas inmobiliarias como en 2017. bloomberg.com/news/articles/…
El 30% de la población adulta se ve obligada a subarrendar a compañeros de piso para poder pagar el alquiler. También es un récord historico. zerohedge.com/news/2017-12-2…
Las raíces del crack de 2007-08 siguen intactas. De hecho, a ambos lados del Atlántico, los gobiernos han hecho todo lo posible para que la vivienda siga siendo un producto de primera magnitud en los mercados financieros.
La mayoría de las políticas se han orientado a permitir que las estrategias rentistas pudieran hacer tanto negocio en el campo de los alquileres como antes habían hecho en el de las hipotecas.
Hay muchos factores que explican la burbuja, y que tienen poco que ver con la fábula de la oferta y la demanda: 1) leyes de arrendamientos anti-sociales; 2) privilegios fiscales para la especulación; 3) falta de inversión en vivienda pública y escasez artificialmente creada, etc.
Pero hay un factor del que hablamos poco, y es el papel de los bancos centrales. Tras el crack de 2007-08, los bancos centrales de USA, Europa y UK deciden adoptar la estrategia de la "expansión cuantitativa", que ha tenido un impacto fuerte en el terreno de la vivienda.
La expansion cuantiativa o "QE" consiste en que el Banco Central compra enormes cantidades de deuda pública y privada, haciéndola menos atractiva para los inversores. Y animándolos, al mismo tiempo, a "invertir" en otros activos, como --bingo!-- propiedades inmobiliarias.
Esa es la realidad que nos ha tocado vivir: el dinero se sigue lanzando a la vivienda y al suelo inmobiliario cual piraña que lo devora todo, porque ofrece tasas de ganancia mayores que cualquier otro producto financiero o actividad económica.
Es el capitalismo más depredador, pero el más habitual en la historia exceptuando algunas fases: dinero que se crea a partir del dinero, sin que se produzca nada en el proceso, sin que medie trabajo o cooperación alguna. Pura extracción de rentas. Vampirismo, sin más.
El problema va más allá de la vivienda. Las burbujas de activos superan ya en tamaño a la que nos llevó a la catástrofe de 2007-08. Tarde o temprano estallarán, lo dicen todos los analistas serios. La cuestión será evitar que nos estrangulen por el camino.
