La cara oculta de la investigación médica, el Experimento Tuskegee: no hace tanto y era en el “primer mundo” #HistoriaMedicina #hilo--> 
La sífilis es una enfermedad infecciosa de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. En sus fases tempranas se suele tratar con antibióticos con gran porcentaje de curación (este tratamiento se pudo aplicar después del descubrimiento de la penicilina)
El tratamiento empleado hasta principios del siglo XX y usado desde el siglo XV era a base de mercurio. Posteriormente se sintetizaron el Salvarsán (y su derivado Neosalvarsán) a partir de arsénico y fueron usados hasta la II Guerra Mundial
Los tratamientos de mercurio y bismuto no tenían excesiva efectividad y tenían innumerables efectos secundarios muy graves. Los de arsénico mejoraron algo la lucha contra la sífilis pero seguían produciendo muchísimos efectos adversos
Lo difícil de combatirla y lo nocivo de los fármacos usados convirtieron a la sífilis en una pandemia que en muchos casos conducía a la muerte de una manera bastante cruel. Para acabar con ella, se pusieron en marcha estudios en busca de tratamientos curativos y/o paliativos
Uno de estos estudios ha pasado tristemente a la #HistoriaMedicina, ya que utilizó como “conejillos de indias” a 600 aparceros afroamericanos para comprobar el desarrollo de la sífilis desde sus fases iniciales hasta la muerte
Se llamó “experimento Tuskegee”, por realizarse en la localidad norteamericana de Tuskegee (Alabama) entre 1932 y 1972 por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos. Comenzó originalmente como estudio clínico de la incidencia de la sífilis en el condado de Macon
Se engañó a los participantes en el estudio respecto a su diagnóstico diciéndoles que tenían “Mala Sangre” (Bad Blood) (término inespecífico para referirse a enfermedades que incluían la sífilis, anemia e incluso la fatiga) y se les iba a dar un “tratamiento especial y gratuito”
Les dijeron que si participaban en el estudio recibirían tratamiento médico gratuito (ya sabéis que en EE.UU. la mayoría son de pago) , transporte gratuito al hospital, dietas pagadas y un importante seguro de fallecimiento. Eso sí, tenían que renunciar a autopsia si fallecían...
El Dr. Eugene Dibble (jefe de la investigación) y sus colaboradores reclutaron a 600 hombres de color: 399 infectados con sífilis antes de comenzar el estudio y para establecer comparaciones, también se estudió un grupo de control de 201 carentes de infección
El ideólogo fue el Dr. Taliaferro Clark. Su intención inicial era observar a los sujetos con sífilis no tratados durante medio año y entonces comenzar a tratarlos. El resto de médicos de la investigación querían prolongar la fase de “no-tratamiento” y abandonó la investigación
Una de las mayores atrocidades del estudio fue que desde 1947 ya se estaba tratando a los enfermos de sífilis con penicilina con resultados rápidos y fiables y a los participantes de Tuskegee (saltándose la Ley de Henderson de 1943) no se les suministró
Cuando algunos de ellos protestaron porque se habían enterado (en revisiones médicas del reclutamiento para la II Guerra Mundial) realmente lo que tenían y que la penicilina les podía ayudar, los médicos del estudio les inyectaron placebos diciéndoles que era el antibiótico
También les decían que las punciones lumbares de control de la evolución de la enfermedad eran realmente parte del tratamiento
Encima, muchos de los médicos involucrados fueron unos cobardes porque la persona que interactuaba con las víctimas a lo largo de todo el estudio fue la enfermera Eunice Rivers (1899-1986). La llamaban “la Srta. Rivers”, mientras ellos estaban en segundo plano
Se saltaron el Código de Núremberg de 1947 sobre los ensayos clínicos en personas y la Declaración de Helsinki de la OMS de 1964 sobre los consentimientos informados. Fueron 40 años de sufrimiento y muerte para los enfermos...
Muchos acusan de además un trasfondo racista y clasista en el experimento ya que todos los “participantes” eran personas de color y de clase social baja. Hay correos internos de los médicos llamando “negratas” (nigger en inglés) a los enfermos
Esta barbarie no era secreta, ya que se publicaron numerosos estudios durante los 40 años y nadie dijo nada, ni siquiera la administración o el gobierno norteamericano
El estudio finalizó en 1972 cuando una filtración al periódico Washington Star y al New York Times por parte de Peter Buxtun hizo que se paralizara al día siguiente por la reacción de la opinión pública
En esa fecha, de los 399 participantes 28 habían muerto de sífilis y otros 100 de complicaciones relacionadas. Además, 40 esposas de los participantes resultaron infectadas y 19 niños contrajeron la enfermedad al nacer
Las consecuencias fueron entre otras: convertir en ley el Acta Nacional de Investigación creando una comisión que regulaba la investigación en humanos y compensar a los supervivientes y familiares con nueve millones de dólares y tratamiento médico gratuito ("na de na")
El 16/05/1997 cinco de los ocho afectados todavía vivos fueron recibidos por el presidente Bill Clinton que dijo: “No se puede deshacer lo que hicimos, pero podemos acabar con el silencio [...] lo que hizo el Gobierno estadounidense fue vergonzoso y lo sentimos”
