Thread by @Anonmehicieron

#CosasQuePasanEnLaGuardia #Coronavirus #YoMeQuedoEnCasa. Hace más de dos que no veo a mi familia ni a mis amigos y se siente. De a ratos me aprieta el pecho. La decisión fue mía, bastante antes de la cuarentena. Decidí cuidarlos. Al principio algunos no lo entendieron. (+)

(-) Me trataron de exagerada, de loca. “Nos juntamos a cenar y no nos saludamos con un beso. ¿Qué va a pasar?”. De esas propuestas hubo muchas y me costó bastante decir que no, pero me mantuve firme, más que nada por saber que no me perdonaría a mí misma contagiarles esto. (+)

(-) “No va a llegar, estamos lejos de China” decía todo el mundo, pero llegó. Llegó y nos complica nuestra forma de vida. En Argentina tomamos mate, nos juntamos mucho, nos abrazamos. Somos familieros, amigueros, casi que no nos reconocemos sin nuestra gente. (+)

(-) Y, justamente por ellos, tenemos que frenar un poco y quedarnos en casa. ¿Es difícil? Sí. La sensación de encierro, de soledad, de hartazgo, la bronca porque nos vengan a decir que no podemos hacer lo que tenemos ganas… Cuesta, no lo niego, pero hay que hacerlo. (+)

(-) Hay que hacerlo porque este virus es sumamente contagioso, porque ya vimos lo que pasó en China, en Italia, lo que pasa en España y nosotros no tenemos el sistema de salud que tienen ellos. No tenemos barbijos suficientes, mucho menos respiradores ni médicos entrenados para(+

(-) manejarlos. Si llegamos al mismo punto, nos va a pasar por encima y se va a llevar a muchos de nuestros seres queridos, sino a nosotros mismos.
Hoy salí al balcón y vi gente paseando como si nada: un nene iba en bici con rueditas mientras el papá lo miraba cuando (+)

(-) tres hombres caminaban por la vereda charlando y riéndose, y una chica trotaba con ropa deportiva. Me dio bronca, angustia, impotencia. Soy personal de salud, no me puedo quedar en mi casa. Me toca, como a mis compañeros, ir a trabajar e intentar cuidarlos. (+)

(-) Así que voy, trato de conseguir un barbijo, me lo pongo, llamo al primer paciente, lo interrogo, lo reviso y, si no tiene nada que se asemeje a este virus de porquería, recién ahí se me aflojan un poco los hombros, el cuello, las piernas y hasta el traste; (+)

(-) recién ahí respiro un poco más tranquila. Cada vez que me toca ver a alguien con falta de aire o con tos, ruego porque no tenga ni haya tenido fiebre, porque eso lo aleja de la posibilidad de ser un “caso sospechoso”. Si la tienen, en vez de pensar como antes “debe ser (+)

(-) una neumonía”, lo primero que formulan mis neuronas es una pregunta: “¿será este el paciente del que me voy a contagiar?”. Es que sí, ya está asumido, muchos de nosotros vamos a terminar enfermos y, si no frenamos esto, muchos nos vamos a morir. (+)

(-) Y no podemos decir que no y quedarnos en casa, no existe esa opción para nosotros, no importa cuán peligroso sea lo que se viene. Seguimos yendo pese a que no haya suficientes barbijos o que tengamos que hacer lío para que nos den uno, (+)

(-) pese a que el alcohol en gel no exista ni tampoco las toallas de papel para secarnos las manos. Vamos para cuidarlos, porque para eso nos formamos. ¿Pero y nosotros? A nosotros no nos cuida nadie.
(+)

(-) Ser médica es lo que elegí y elijo, lo que me llena, me impulsa y sé que no podría vivir sin la medicina, pero también, en ciertos momentos, me llena de bronca. Cuando la gente viene a pasear a la guardia, cuando pretenden ser atendidos antes que alguien que se está muriendo+

(-) porque “él llegó después”, cuando nos despiertan a las tres de la mañana por una uña encarnada desde hace una semana, me da bronca. Cuando nos gritan, nos maltratan, nos amenazan o nos pegan (porque sí, nos pegan), ni les cuento. (+)

(-) Cuando nos golpean la puerta, la patean y casi que la tiran abajo por un dolor de garganta como si adentro no estuviéramos atendiendo, ahí otra vez brota la bronca. Y cuando no nos avisan que estuvieron de viaje y vienen por tos y fiebre, ¿qué les puedo decir…? (+)

(-) Con la cuarentena me pasa lo mismo: cuando veo que no se cumple, me da bronca, angustia e impotencia como ya les dije. También cuando intento comprar un envase chiquito de alcohol en gel y no se consigue porque algún genio se los compró todos. No podemos ser tan egoístas. (+)

(-) Si no cumplimos la cuarentena, nos perjudicamos todos. Si uno compra mucho más alcohol, alcohol en gel o lavandina de la necesaria “por las dudas” y el resto no puede tomar las medidas de higiene necesarias, va a contagiar a mucha gente, y, otra vez, nos perjudicamos todos.+

(-) Si vamos a la carnicería y nos llevamos diez kilos de carne “por las dudas” y el que viene atrás no consigue, ese que viene atrás va a ir de un lado al otro hasta encontrar, no va a cumplir la cuarentena, y, de vuelta, nos perjudicamos todos.
(+)

(-)
Los Argentinos somos amigueros, familieros, cariñosos, pero también somos egoístas y nos creemos unos vivos bárbaros. Es hora de cambiar, de dejar de pensar en uno y empezar a pensar en todos, porque de esta nos salvamos entre todos o no se salva nadie.